viernes, 29 de mayo de 2009

Acuerdos y recuerdos

José Antonio Hernández Guerrero

La mayoría de las tertulias radiofónicas que, sobre los debates y mítines políticos, he escuchado en los últimos días han enfocado sus juicios críticos a partir de unos presupuestos simplistas, inadecuados y, en consecuencia, ineficaces. En las discusiones sobre los ganadores, aplican los mismos criterios que se emplean para decidir el triunfador de los combates de boxeo: unos opinan, por ejemplo, que Zapatero, más frío y más calculador, no sólo esquiva con habilidad los golpes que Rajoy trata de propinarle con el puño derecho, sino que logra imponer su propio ritmo evitando en todo momento que su adversario dañe, con directos o cross, sus flancos más débiles.

Otros analistas, por el contrario, muestran su convicción de que Rajoy es quien, recurriendo una y otra vez al crochet, se atreve a impactar en la cara y, a veces, en el hígado y en los riñones de Zapatero. La mayoría de los comentarios, sin embargo, coincide en que son combates nulos porque ambos contendientes se reparten los puntos.

En mi opinión, esta manera de analizar los debates políticos es inadecuada y, en la actual situación económica y política, altamente peligrosa. Un debate dialéctico no es un combate, un juego divertido ni una competición deportiva. Los que así lo interpretan olvidan que el enemigo al que ambos líderes han de vencer no es el adversario político sino la crisis financiera, el paro, la miseria, la desconfianza de los electores y el temor paralizante de los inversores.

Muy poco se conseguirá mientras que esa pléyade de asesores, de portavoces y demás miembros del séquito de la fontanería política sigan preparando los debates como lo hacen los entrenadores boxísticos, señalando los flancos por los que han de atacar al adversario con el fin de “matarlo” y “rematarlo”, para dejarlo “listo para el descabello y preparado para el arrastre”. Tenemos la impresión de que estos gabinetes de imagen sólo pretenden que, tras cada confrontación, ellos mismos puedan proclamar que su líder ha sido el vencedor y, así, intentar que los periodistas independientes se anticipen y lancen un veredicto desfavorable.

Mucho me temo que, mientras que no cambien los presupuestos dialécticos de estos debates, no sólo serán inútiles sino que servirán para aumentar el descrédito de los políticos y, lo que es peor, para alejar a los ciudadanos de una participación política que, por definición, es imprescindible en una sociedad democrática.

Los líderes de opinión han de explicar con claridad, por ejemplo, que el Congreso de Diputados no es un cuadrilátero sino un recinto en el que, mediante el empleo de la palabra, nuestros representantes dialoguen para lograr acuerdos, para concertar remedios comunes, para convenir en soluciones aceptables. Es lamentable que este planteamiento, abalado por el sentido común y por el testimonios de los autores clásicos, nos suene a ingenua utopía, pero, al menos, deberíamos recordar que, igual que aquellos “Acuerdos de la Moncloa”, la actual situación económica y política, exige que, unos y otros abandonen sus intereses partidistas, aparquen sus ansias electoralistas y aprovechen estas reuniones para cumplir el encargo que los ciudadanos les hemos encomendado.

Feto, teto y voto

Voy a usar, intencionadamente, un lenguajo, un jergo sexisto y machisto. Es el único manero de entender, de interpretar, los últimos "paridos" del miembro Bibiano.
Pues eso. Que el feto de trece semanos no es un ser humano. Que el embarazo interrupto es lo mismo que un implante de tetos.
Y que -lo ha dicho el jefo, el del vuelo a Dos Hermanos en Falcon- ni el Papo ni los papos, ni el progenitor A ni el progenitor B, deben "interferir" en estos temos... Sólo el Papo Estado, el Papo Gobierno... ¡faltaría más!
Él es el único legitimado como "educador del ciudadanío", del colectivo, del rebaño...
¿Y yo que me barrunto que aquí lo único que se persigue, se pretende,
es que trepen los políticos al cargueto, al poltrono, aupados por los votos de los progresistos, los moennos, manipulados, pesebreros, ignorantos y cautivos?
Bueno, pues eso. Que "feto, teto y voto".
Y pasto televisivo p'al rebaño estabulado.

LUISUAREZ. INGENUO
Luis J. Suárez Alvarez
DNI 31062170

La "miembra ignoranta"



Esta chica no para. Después de su aportación a la filología y la gramática con el palabro "miembra", acaba de descolgarse con esa hipótesis científica que supone un avance, un progreso importantísimo en el campo de la Biología y la Medicina actual...
Pues eso. Que según la "Doctora Bibiana": "el feto de trece semanas no es un ser humano".Es la mentalidad (¡?) dominante -nada científica, simplemente cientista- que padecemos.
Cualquier ministriya con alcachofa, cámaras y focos colocados ante su boquita, narices o narizas, puede expeler, magnificadas audiovisualmente, tamañas "pamplinas de la plaza Mina"...
Esta "Doctora por Alcalá"...¡de los Gazules! ha pontificado: el feto de trece semanas no es un ser humano, ni una "sera" humana...
¡Toma nísperos! Y se ha quedado tan pancha.
Lo cual demuestra, una vez más, que "la ignorancia es muy atrevida".
O, para decirlo como en los crucigramas, la Aido, la Aida -da igual que Igual Da- es una IGNORANTA y una OSADA.

LUISUAREZ. INGENUO
Luis J. Suárez Alvarez
DNI 31062170 Cádiz

VACACIONES SANTILLANA. José María García Linares

Es alentador comprobar, para un docente, el altísimo grado de implicación que la sociedad y el Estado españoles están demostrando en las últimas semanas en materia de educación. Qué orgullo al abrir los periódicos y encontrar todo el debate reducido a la lucha Religión/Educación para la Ciudanía, o lo que es lo mismo, como siempre en estas tierras, Partido Popular/Partido Socialista (o estás con nosotros o estás contra nosotros), o encontrarlo también centrado en el largo periodo vacacional de los profesores y los alumnos. Sí señor. Cuestiones de primer orden. Eso es lanzarse a la piscina, nunca mejor dicho, y empaparse hasta las cejas.

Qué rabia me daba de pequeño ir al colegio. No era yo como estos niños postmodernos de hoy en día que se aburren en sus casas y están locos por ver a sus amiguitos en el recreo. No. Yo, en caso de verlos, prefería hacerlo en el parque, en el Club o en la playa. Al aire libre, en grandes espacios, corriendo, saltando y sin muros ni verjas ni señores mayores que te contaban lo mismo que podías leer en esos libros, salvo contadas excepciones que lograban captar tu atención y llevarte de aquí para allá en un viaje fascinante.


Cuando llegaba el mes de junio, ya tenía esa cosilla en mi estómago cada vez que veía el cielo azul o sentía esa luz melillense tostadita en el cogote al pasear por la Avenida. Olía a verano, a paz, a felicidad. En los escaparates, esos cuadernillos espantosos de Santillana para repasar y divertirse (por Dios) en julio y agosto. A mis hermanas y a mí no nos hacían falta, que ya estaban nuestro padres poniéndonos todos los días cuentas y copias, para que no se nos secara, a pesar de los chapuzones, la mollera.

El pasado día cinco de febrero el diario El País publicaba un artículo titulado Demasiadas vacaciones en donde se criticaba no sólo las de los profesores, sino también el poco número de días lectivos de los estudiantes.


Algunos proponían ahí alargar el final del curso, otros adelantar su comienzo y, como telón de fondo, el problema que tienen los padres actualmente para conciliar su vida laboral con la familia, al parecer responsabilidad de los centros y no de sus empresas, esto es, qué diantres hago con la niña-molestia cuando le den las vacaciones. ¿A dónde la mando? Y leía estas argumentaciones mientras hacía la cola en el Ayuntamiento para recoger un certificado. De cuatro mostradores, sólo funcionaba uno. Hay que ver lo que tardan en servir los desayunos en las cafeterías.

Las vacaciones de nuestros jóvenes son distintas a la de los chicos y chicas de otros países, algo evidente porque aquí no se puede tener a treinta estudiantes metidos en un aula sin cortinas y sin aire acondicionado a finales de junio. El calor es insoportable. Comparar esta situación con la finlandesa o la sueca es poco provechoso. Pero es que a principios de septiembre la temperatura, al menos en el sur de España, es igual, agobiante.


Los que piden adelantar el comienzo al día uno del mismo mes olvidan también que en esas fechas están los exámenes de recuperación y que las plantillas de profesionales están incompletas. Lo que escuece de todo este asunto es que el debate haya saltado nuevamente a los medios por motivos que nada tienen que ver con la enseñanza.

Las familias quieren tener los centros más tiempo abierto para tener allí aparcaditos y cuidaditos a sus criaturas (que, curiosamente, son suyas. Algunos lo olvidan). Y digo aparcados porque da igual que aprendan más o menos (casi nadie trae la tarea hecha), que no haya ordenadores, que haya saturación, que las ratios sean elevadísimas, que falten recursos de todo tipo.

Lo que importa, lamentablemente, es que estén allí vigilados porque así no estarán fuera, solos, de ahí la propuesta de varias CCAA de tener los colegios e institutos abiertos por las tardes, o casi de madrugada. La docencia tiene una función fundamental y valiosísima, si se deja ejercerla: la de enseñar. Todo lo que se salga de ese marco no es tarea de los docentes.

Tal y como se están poniendo las cosas, un alumno puede llegar a su colegio a las siete de la mañana, en régimen de acogida temprana, recibir sus seis horas de clase, comer a las dos y media y realizar las actividades extraescolares hasta las seis de la tarde, supuestamente controlados por personal distinto al de los profesores, nos dicen los expertos. Esto huele a podrido.


Todos estos pedagogos, presidentes de no sé qué, coordinadores de no sé cuánto que, o están liberados o no han dado clase en su vida, ¿no tienen nada que decir sobre el hecho de tener a un chico encerrado diariamente casi doce horas en un centro? La solución a los problemas sociales no la tiene en exclusividad la escuela. ¿El Estado no va a hacer nada para que los empresarios flexibilicen los horarios y turnos de sus trabajadores, para que puedan disfrutar de sus hijos? Ya está bien de echar sobre la enseñanza todas las responsabilidades sociales.

A este paso, en cinco años, estaremos presentes en los partos para registrar la llegada de un nuevo alumno y evitar el fracaso neonato y el absentismo en las incubadoras.

jueves, 28 de mayo de 2009

Una manera inofensiva de disfrutar

Una manera inofensiva de disfrutar
Nos sentimos contentos

José Antonio Hernández Guerrero

Hemos de reconocer que la honda y desbordada alegría que hemos experimentado los aficionados gaditanos por el ascenso del Cádiz hunde sus raíces en el convencimiento que le Club es mucho más que un equipo de fútbol: los colores azul y amarillo simbolizan nuestras ganas colectivas de triunfar en la vida, y, efectivamente, tenemos la sensación de que, a pesar de la crisis, todos hemos ascendido. Durante estos últimos días me he fijado en el orgullo con el que los aficionados recuerdan el pasado y la emoción con la que evocan, sobre todo, los triunfos, pero también he advertido que disfrutan, sobre todo, ilusionándose con nuevos triunfos y, algunos, con la esperanza de ascender a la Primera Division. Quizás estas emociones expliquen por qué la sala de trofeos se ha convertido en un verdadero museo que guardan reliquias añejas y cómo, igual que ocurre en algunos santuarios, la tienda instalada al lado ha aumentado las ventas de camisetas, bufandas, cuadernos, lapiceros y hasta de gomas de borrar. Todos coincidimos en que, de hecho, un equipo de fútbol es una plataforma dotada de una enigmática energía y de un inquietante misterio, un soporte que posee una amplia capacidad para unir a hombres y a mujeres de diferentes clases sociales, de distintas ideologías políticas y de diversos niveles culturales. El fútbol, con ese surrealismo vitalista, representa la vida cotidiana, ese inquietante rompecabezas del que todos estamos hechos. Un partido es, a veces, rabiosamente épico, otras, elevadamente lírico y otras, hondamente dramático. Éstas pueden ser las razones por las que acudimos a este escenario: aquí -¿verdad Felicidad?- descansamos de la insípida y reiterativa comedia de la vida; aquí hacemos una pausa en medio de las alarmantes noticias del telediario, de las frívolas informaciones del mundo rosa y de las tertulias de cotilleo. Ésta es, al menos, una manera ingenua e inofensiva de sentirnos importantes y contentos.

domingo, 24 de mayo de 2009

EQUILIBRIO AL DEBATIR SOBRE EL ABORTO. Juan Masiá Clavel, teólogo, bioeticista

Fuente: Religión Digital

Sin caer en la trampa del dilema entre pro-life y pro-choice, bastantes personas (incluyendo representantes con responsabilidades parlamentarias de diversa pertenencia, confesional o aconfesional, así como de diversa afiliación partidista dentro del espectro político), preocupadas seriamente por proteger la vida, la dignidad y los derechos de cada ser humano, coinciden en buscar la via media para debatir serenamente. Con el deseo de apoyar su discernimiento, propongo el siguiente decálogo de criterios éticos.

1. Buscar convergencia pro-persona en posturas divergentes ante el aborto.Posturas opuestas pueden, sin embargo, coincidir al afirmar que el aborto no es deseable, ni aconsejable; que hay que unir fuerzas para desarraigar sus causas; que nadie debe sufrir coacción para abortar contra su voluntad; y que debe mejorarse la educación sexual para prevenir el aborto.

2. No confundir delito, mal y pecado Rechazar desde la propia conciencia el mal moral del aborto puede ser compatible con admitir la posibilidad de que, en determinadas circunstancias, las leyes no lo penalicen como delito. El apoyo a esas despenalizaciones no tiene que identificarse necesariamente con favorecer el aborto a la ligera, ni considerarlo deseable para la mujer.

3. No ideologizar el debate, ni política ni religiosamente. Evitar agresividad y violencia contra cualquiera de las partes y no hacer bandera ideológica de esta polémica por razones políticas o por razones religiosas. Ni deja de ser un mal moral cuando la ley no lo penaliza, ni la razón de considerarlo mal moral depende de una determinación religiosa.

4. Dejar margen para excepciones inéditas en situaciones confictivas. Las situaciones límite no deberían formularse como colisión de derechos entre madre y feto, sino como conflicto de deberes en el interior de la conciencia de quienes quieren (incluída la madre) proteger las vidas de madre y feto. En los casos trágicos no hay soluciones prefabricadas. Las campañas de mal gusto –por ambos extremos, pro-abortistas y anti-abortistas- no ayudan al debate.

5. Acompañar personas antes de juzgar casosNi las religiones deberían enarbolar banderas de excomunión, ni las presuntas posturas defensoras de la mujer deberían jugar demagógicamente con la apelación a derechos ilimitados de ésta para decidir sobre su cuerpo en supuesta colisión con la exigencia de respeto por parte del feto. El aconsejamiento moral o religioso puede acompañar a las personas en sus tomas de decisión, pero sin decidir en su lugar ni condenarlas.

6. Comprender la vida naciente como proceso. La vida naciente en sus primeras fases no está plenamente constituída como para exigir el tratamiento correspondiente al estatuto personal, pero eso no significa que pueda considerarse el feto como mera parte del cuerpo materno, ni como realidad parásita alojada en él. La interacción embrio-materna es decisiva para la constitución de la nueva vida naciente y merece el máximo respeto y cuidado: a medida que se aproxima el tercer mes de embarazo aumenta progresivamente la exigencia de ayudar a que éste se lleve a término.

Para evitar confusiones al hablar de protección de la vida, téngase presente la distinción entre materia viva de la especie humana (p.e., el blastocisto antes de la anidación) y una vida humana individual (p.e., el feto, más allá de la octava semana).

7. Confrontar las causas sociales de los abortos no deseados. No se pueden ignorar las situaciones dramáticas de gestaciones de adolescentes, sobre todo cuando son consecuencia de abusos. Sin generalizar, ni aplicar indiscriminadamente el mismo criterio para otros casos, hay que reconocer lo trágico de estas situaciones y debatir ampliamente sobre cómo abordar el problema social del aborto, cómo reprimir sus causas y cómo ayudar a su disminución.

8. Afrontar los problemas psicológicos de los abortos traumaticosEs importante prestar asistencia psicológica y social a aquellas personas a las que su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación. No hay que confundir la contracepción de emergencia con el aborto. Pero sería deseable que la administración de recursos de emergencia como la llamada píldora del día siguiente fuese acompañada del oportuno aconsejamiento médico-psicológicos.

9. Cuestionar el cambio de mentalidad cultural en torno al aborto. Repensar el cambio que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.

10. Tomar en serio la contracepcion, aun reconociento sus límitaciones.Fomentar educación sexual con buena pedagogía, enseñar el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga solo en la mujer. Sin tomar en serio la anticoncepción, no hay credibilidad para oponerse al aborto; hay que fomentar la educación sexual integral, que abarque desde higiene y psicología hasta implicaciones sociales, e incluya suficiente conocimiento de recursos contraceptivos, interceptivos y contragestativos

BASE CIENTIFICA

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Ante la pequeña polémica surgida por varios caballeros, debido a la opinión lanzada por Suárez me gustaría también participar dando mi modesta opinión al respecto sin dogmatizar ni que se interprete que voy contra alguien en particular. Opino sobre un aspecto muy discutido, al que se han referidos otros compis, presento mis dudas y nada más.
Ahora resulta que si una mujer se queda embarazada no sabe lo que va a parir porque ha dicho la Ministra (Auxiliar administrativo) que: “El embrión es un ser vivo, pero no un ser humano porque no hay ninguna base científica.”
Por lo visto puede parir un lagarto o se produce de la noche a la mañana una transformación en el feto para convertirse por arte de birlibirloque en un ser humano.
Vicky Blasco López, científica de Sevilla ha publicado una carta en la prensa del día 22 del presente Mayo, que en extracto para no hacer más larga la disquisición, viene a decir lo siguiente:
“Un embrión no se parece a una persona, aunque la pertenencia a una especie nos lo demuestra su estudio genético, pues todos los individuos de una misma especie tienen la misma configuración genética. En el embrión se halla toda su información genética y, si no se producen interferencias (Como que lo maten por ejemplo) llegará a ser un individuo humano distinto, único e irrepetible. Esto está clarísimo y la emoción de saber qué especie vamos a tener sólo durará 14 semanas porque al rondar la 14 semana y un día se producirá una mutación instantánea despejando nuestras dudas. Hay muchas personas que se han revelado contra la Iglesia por sus dogmas y resulta que sus manifestaciones son de puro dogma. El debate no está en aclarar si el feto es o no un ser humano, sino en si ha de prevalecer el derecho de la mujer para abortar sobre el derecho de su hijo a nacer y vivir.” Para esto no hace falta ser científico.
Ante esto yo me hago las siguientes preguntas:
- ¿Porqué se protege a un arbolito si no es un árbol?
- ¿Porqué se protege a una lince embarazada si lo que lleva en su vientre no es lince?
- ¿Porqué la mujer tiene que decidir sobre la vida de otro ser, único, distinto e irrepetible?
- ¿Porqué repiten siempre: “La mujer pare la mujer decide” si lo que lleva es producto de dos personas y no de una sola?
- ¿Qué sucedería si el que tuviese que decidir fuese el padre? ¿No se produciría el grito en el cielo diciendo que eso es machismo puro?
Espero que algún día se aclaren estas dudas porque sino siempre se estará debatiendo este asunto.

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sábado, 23 de mayo de 2009

¡BASTA DE TOROS!

EL LOCO DE LA SALINA

Parece que existe cierto nerviosismo en un minoritario sector de La Isla, porque las obras que hay que hacer en la Plaza de Toros todavía no han comenzado. Por lo visto hay que arreglar muchas cosas que tienen que ver con la seguridad e higiene de todos los que participan en la salvajada consentida, excepto con la seguridad e higiene del toro, al cual no se le prepara ni una tirita de mala muerte.

También en Cádiz hay quienes piden una portátil como si pidieran un ordenador. Yo creía que los nervios solamente entraban por culpa de la crisis, pero por lo visto también entra la crisis de nervios cuando falta pan y circo.

Según mis cálculos, estamos ya terminando la primera decena del siglo XXI. Y ya está bien. El resto del mundo nos mira espantado. Aparecemos en Internet como los bárbaros de la piel de toro y los Dráculas de pelo en pecho, algunos muy valientes delante de un toro, pero muy cobardes cuando se trata de pensar con el corazón. Los toros hay que suprimirlos ya por decreto ley y sin más contemplaciones, simplemente porque nos debe dar vergüenza mantenernos en la barbarie y sobre todo por un mínimo sentimiento de amor hacia los animales. Ya sé que los listos de siempre me van a preguntar si me gusta la carne de toro estofada, a ver si por ahí me entero de que al toro hay que matarlo para comerlo. Pues sí, me encanta la carne de toro, pero con patatas fritas, por favor, y en su salsa. Sin embargo al toro, como a otros muchos animales, hay que matarlo civilizadamente y no a base de tortura y de verdugos llenos de falsas luces. No pienso molestarme en escribir las razones que tengo para pedir esa supresión, entre otras cosas, porque la sed de sangre que algunos tienen les apaga y nubla las entendederas y la sensibilidad. En todo caso, que se quiten de la cabeza eso de que el toreo es un arte que tiene muchos años. Antiguamente se pensaba que los gladiadores del circo romano tenían mucho arte y sobre todo el emperador, cuando bajaba el dedo y con mucho arte decretaba la muerte del vencido. El vencedor ejecutaba la orden con mucho arte. Hoy no hay gladiadores y nadie los echa de menos, que yo sepa, aunque muchas veces pienso que harían un buen papel en el Ayuntamiento. También era un arte sobrellevar a un montón de esclavos. Hoy ya no existen esclavos, aunque bien pensado y viendo el trato de algunos empresarios a sus empleados, tengo grandes dudas sobre el particular. También era un arte la caza del zorro para los hijos de la Gran Bretaña y aquello se acabó. El arte es algo sagrado e incapaz de llevar las manos manchadas de sangre. Muchos creen que los locos no sabemos más que de locuras y pamplinas. No es así. Un loco no puede disfrutar viendo a un animal sufriendo. Es superior a sus fuerzas.

Por otra parte tampoco pasaría nada si se suprimieran los toros. ¿Acaso no habría a quien torear? Con un buen capote, usted puede usted torear al vecino que es un plomo, a su cuñado que es un impresentable, al guardia, al vigilante, al gobernador, incluso a Hacienda, aunque esto más que toreo es una temeridad.

Por tanto, si se hace una portátil en Cádiz o se arregla la Plaza de Toros de La Isla, que sea para organizar algo que merezca la pena y que no envilezca la condición humana a base de tortura calculada y de sangre inocente.

Ahora bien, si a los alcaldes también les gustan los toros o si ven en ese público una buena fuente de votos no desperdiciables, esto durará algo más hasta que vengan otros que tengan lo que hay que tener y que acaben suprimiendo de una vez esa hambre insaciable de jugar con el sufrimiento y el martirio de un pobre animal.


viernes, 22 de mayo de 2009

Los enemigos de la política

José Antonio Hernández Guerrero

En los tres últimos días y en diferentes ámbitos –la Universidad, el Hospital y en el bar de la esquina- he escuchado varios comentarios que, aunque están formulados con diferentes palabras, coinciden en afirmar que la política es una actividad perversa porque degrada a los ciudadanos que la protagonizan, porque perjudica a los que la respaldan y porque daña los asuntos en los que interviene. Estos juicios están en contra, como es sabido, de las teorías filosóficas que, desde Aristóteles, repiten que la acción política es una actividad noble, necesaria e inevitable, porque, mediante la práctica del bien, de la virtud, de la justicia y de la solidaridad, persigue el fin de lograr la felicidad humana y la paz social.

En mi opinión, sin embargo, esa valoración negativa tiene una explicación, al menos parcial, en los diferentes mensajes que, de manera convergente, lanzan permanentemente esos irreconciliables enemigos que están repartitos en tres grupos: los ingenuos apolíticos, los aprovechados vividores y los políticos profesionales.

Los ingenuos apolíticos no advierten que, con su pasividad dejan un vacío que inevitablemente llenan otros. No se dan cuenta de que, con su indiferencia, permiten las arbitrariedades, que con su desinterés facilitan un funcionamiento perverso, que con su desprecio propician la sumisión. Quienes así se expresan no son conscientes de que, con su silencio e inacción, están apoyando una forma concreta de hacer política, ni que ellos son enemigos, más que de la política, de la democracia. Una cosa es demostrar el descontento por unas determinadas formas de ejercer el poder y otra muy diferente no admitir que, para lograr la justicia y la paz, algunos ciudadanos se tienen que ocupar de los asuntos públicos. Ellos –que creen ingenuamente que no están ideologizados- no son conscientes de que su apoliticismo es ya una ideología, y lo peor es que, en vez de hacer política en el Parlamento o en el Gobierno, la hacen en el púlpito, en la cátedra, en los medios de comunicación o, incluso, en la barra de un bar.

En segundo lugar hemos de referirnos a los aprovechados vividores de la política, aquellos que en primer, en segundo y en tercer lugar, buscan en la política una vía directa para engordar su ego, su cuenta corriente, su familia o, incluso, su barrio; también ellos son culpables de ese descrédito que, de manera creciente, está sufriendo la política. Esa manera tan descarada de alentar los deseos o los temores, las alegrías o las tristezas de los conciudadanos y esa forma tan desaprensiva de aprovecharse de las vacas gordas y de las flacas para satisfacer sus ansias de poder y su patrimonio familiar constituyen una estrategia política destructora y suicida.

Pero, sin duda alguna, los enemigos más peligrosos de la política son los políticos profesionales, aquellos que, desde pequeños, sintieron la vocación de servir -¿o de servirse de?- a la política. Aquellos salvadores que -aunque presuman de agnosticismo- se creen en el ineludible deber sagrado de responder a una llamada trascendente que les impone la entrega absoluta al partido o a la patria, y que les exige la identificación a un líder omnipotente y omnisciente cuyas consignas son aceptadas como dogmas de fe. Pero, quizás los más peligrosos son aquéllos que, tras asegurar que están en la política de una manera ocasional, no dudan en amarrarse al sillón y en eliminar a todos los que osan competir con ellos.
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domingo, 17 de mayo de 2009

NO TODO ES INAMOVIBLE NI TODO ES RELATIVO. Juan de Dios Regordán

“La fecha es inamovible”. “El asunto está zanjado”. “ Si está aprobado, ya no hay marcha atrás” Estas y otras expresiones parecidas se suelen escuchas todavía después de algo más de treinta años que se proclamó la Democracia en España. La raíz puede estar en que aún no se han desarrollado los artículos de la Constitución que tratan de la “participación ciudadana” que en esencia es la democracia. Democracia y Participación es lo mismo, de manera que si no hay participación no hay democracia.

Tal vez, conceptos fundamentales de la Constitución se hayan malinterpretado.. Así, en el artículo veintitrés se afirma: “ Los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”. Muchos han confundido democracia con votación y por eso, desde su “atalaya de poder” dicen :“los que quieran participación que se presenten a las elecciones” Grave error. La Constitución pone en primer lugar “directamente” y después “o por medio de representantes”. En las votaciones no se da un cheque en blanco.

El término Participación Ciudadana evoca la posibilidad de que los ciudadanos estén presentes y actúen organizadamente en todas las esferas de la vida política y social. Esta posibilidad que existe siempre en el orden conceptual puede estar más o menos facilitada, según sea el sistema político que impere.. En los sistemas autoritarios la participación es muy escasa, y la que existe se instrumenta mediante cauces de obligatoria incorporación, de manera que la participación pierde su connotación de valor privado propio de la libertad para quedar únicamente configurado como un valor social, al servicio del propio sistema político. El sistema político “autoritario” ve como enemigo todo lo que no es capaz de controlar..No escucha las iniciativas ciudadanas.

Por el contrario, en los sistemas democráticos, la participación, sin perder su connotación de valor social, se entiende principalmente como un valor privado inherente a la libertad. La democracia se fundamental, además, en la existencia de una sociedad fuertemente articulada que interviene libremente en las decisiones políticas mediante fórmulas múltiples de participación. Así, en las sociedades democráticas, la participación la encontramos claramente en el ámbito político, en el económico y en el social, formando una tupida red de organizaciones colectivas, a las que se asignan funciones que contribuyen a la cohesión del sistema social mediante la socialización de los individuos, al mismo tiempo que desarrollan acciones de interés general.

Puede decirse que cuanto más desarrollada está social y políticamente una sociedad, mayor es el número de agentes intermedios de carácter voluntario que actúan en la misma.. En democracia nada es inamovible ni nada es relativo. La participación es un hecho derivado de la propia esencia de la sociedad civil como sujeto titular de derechos de autoorganización, de suerte que la consagración constitucional del derecho de participación no es más que el reconocimiento de un derecho inherente a la propia conformación de la sociedad.


Juan de Dios Regordán Domínguez
D.N.I 31.158.44 J

EL LOCO DE LA SALINA

TENEMOS UN PROBLEMA MUY GORDO

Oiga, ¿don Oscar? Sí, dígame. Mire, me va a perdonar que le moleste, pero necesito hablar con usted. ¿Quién es, por favor? El Alcalde de San Fernando. ¿De Henares? No, de San Fernando, de Cádiz. Ah, Antonio, ¿cómo no te he reconocido la voz? Perdone, pero no soy Antonio, soy Manuel María. ¿Manuel o María? Soy las dos cosas al mismo tiempo. Ah, el que vino detrás de Antonio. Exacto. Como que con tantas victorias del Barça estoy perdiendo facultades. ¿Es mal momento? No, es el mejor momento, pues estoy glorioso con el cuatro a uno. Me lo imaginaba y por eso me he atrevido a llamarle hoy; si usted fuera de Bilbao, ni se me ocurre. Bien, dígame. Le llamo por lo de la fuente. ¿Qué le pasa a la fuente? Que va a pasar el tranvía por allí, de manera que la quitamos o pasa por encima. Pero, ¿cómo vais a quitar de allí ese pedazo de obra de arte? Es que dos cosas no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio. Desagradecidos, con el montón de horas que le eché al tema y ahora resulta que es más importante un simple tranvía que esa belleza del descubrimiento. Ya, pero aquí la gente es muy bruta. Me ha dado la tarde. No, no, ya en San Fernando no damos nada, entre otras cosas porque no tenemos nada que dar. A ver, creo a bote pronto que se podría hablar con los del tranvía a ver si les entra en el coco que el arte es el arte. Ni se le ocurra, don Oscar, ésos son muy cuadriculados. ¿Qué podemos hacer? Lo siento, pero ahora mismo estamos en el Ayuntamiento más liados que la afición del Madrid. Eso es imposible. Aquí en La Isla no queremos que este tema le cueste a usted un disgusto. No, no, a mí no me puede costar nada. No le hablo de dinero, sino de preocupaciones. Ah, menos mal, que con la crisis se nos ha agudizado a los catalanes el afán de ahorro. ¿Y si se la llevara usted a Cataluña? No me estará hablando en serio. ¿Por qué no? Si me cuelo aquí con la fuente, me dan cosquis hasta en el cielo de la boca. Olvídelo; nosotros habíamos pensado colocarla en otro lugar de La Isla y que otras zonas de la ciudad pudieran disfrutarla. Perdone, don Manuel María, pero eso puede generar un lucha fratricida en la ciudad, porque todos los barrios van a querer tener la fuente. Aquí no la quiere ni la madre que la parió. Oiga, que la parí yo. Vale, pero los enfrentamientos en La Isla no son de los barrios entre ellos, sino de los barrios conmigo. No le entiendo. Pues es muy fácil, ningún barrio quiere ver su fuente ni en pintura y por eso le llamo, a ver qué hacemos. Hombre, así de pronto se me ocurre que yo podría hacer otra fuente que en vez de un barco en el aire, llevara una figuración de tranvía. ¿Otro tranvía?, ni loco, con uno ya tenemos bastante. Pero, don Manuel María, se lo dejaría baratito, porque esa obra llevaría unas vías, también mohosas por supuesto, sobre una superficie de agua…Ni loco. ¿Desprecia mi arte? No, lo digo por lo de baratito, ¿no sabe lo que hay aquí liada con los 7 millones de euros que faltan? Más a mi favor, perdido al río. Estoy yo ahora para bañarme; simplemente le llamo para ver qué hacemos con la mohosa. ¿Y si la encogiéramos? ¿Qué quiere decir? Pues que se le quita el agua. ¿Y así la va a encoger? Además se le quitan los estanques oxidados y se desplaza el resto de la estructura.
Está bien, don Oscar, váyale quitando cosas y a ser posible quítela toda entera, pero le voy a colgar, que aquí no hay dinero ni para la conferencia. Hasta otra.

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Nota del loquero, perdón, del bloguero: He respetado el artículo como lo ha enviado el autor: sin separar en renglones el diálogo.

viernes, 15 de mayo de 2009

LA TELETIENDA

José Antonio Hernández Guerrero

Los discursos pronunciados en el Debate sobre el estado de la Nación han demostrado que nuestros políticos confunden -probablemente de una manera intencionada- tres palabras cuyos significados son diferentes: “información”, “publicidad” y “propaganda”. Ésta es la razón por la que, cada vez más, el lenguaje utilizado en el Parlamento se parezca tanto al que emplean los anuncios de la teletienda, y ésta es la clave que explica que, a pesar de que los de un lado del hemiciclo sean tan optimistas antropológicos y los del otro lado sean tan pesimistas catastrofistas, la mayoría de los televidentes no hayamos mostrado excesivo interés por escucharlos.

Por mucho que unos dibujen con colores llamativos un horizonte despejado y por mucho que otros pinten oscuros nubarrones, no han logrado que los ciudadanos cerremos los ojos ante una realidad que nos preocupa; por mucho que se esfuercen para que ignoremos, olvidemos e, incluso, neguemos los hechos, no está en sus manos hacerlos desaparecer como si no hubieran existido. La realidad es tozuda, irrenunciable y, si le somos infieles, sus consecuencias son graves. Por mucho que lo empujemos, el corcho vuelve a salir a flote. La realidad no desiste.

La mayoría de los políticos ha perdido de vista, además, que la realidad no es sólo física y biológica, sino también psicológica, social e histórica. Sus estructuras son más complejas y, por eso, más difíciles de descubrir, de definir y de precisar, pero no por eso son menos efectivas. Y el error respecto a ellas o la falta de respeto también los pagamos con desastres. Tengo la impresión de que los políticos, asesorados por sus gabinetes de imagen, no advierten que el engaño y la exageración constituyen unas armas propagandísticas contraproducentes y suicidas.

Es lamentable que, en vez de debatir serenamente sobre la eficacia de sus propuestas, se desacrediten recíprocamente, estimulen con tanta irresponsabilidad las pasiones menos nobles y ofrezcan fórmulas mágicas para satisfacer sueños personales y espejismos imposibles. Lo peor, a mi juicio, es que los mensajes vacíos y engañosos envuelven unos dardos afilados que, además de hacer daño a los adversarios y a los ingenuos espectadores, desacreditan no sólo a los lanzadores y a sus partidos, sino también a la política.

El procedimiento de hacer presentes mundos posibles, imaginados o deseados, puede ser eficaz para interesar a los oyentes que previamente están identificados con el líder, pero constituye un error grave para ganar nuevos adeptos para sus proyectos ideológicos o para que nos animemos a participar en el debate.

Glosario
“Información”: es la simple transmisión de unos datos o el anuncio de una noticia. Se caracteriza, por lo tanto, por su fría y escueta objetividad.
“Publicidad”: es la información seleccionada de las características de un producto o de un servicio con el propósito de despertar el interés de los destinatarios y de motivar su adquisición.
“Propaganda”: es la difusión de unos mensajes con la intención de lograr la identificación de los oyentes con una doctrina o con un personaje.
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jueves, 14 de mayo de 2009

el libro (sin título)

1. introducción y objetivo de esta recopilación de opiniones
2. situación actual de la sociedad. Descripción
2.1. valores sociales
2.1.1. honradez
2.1.2. distinción del bien y el mal
2.1.3. responsabilidad personal en personas públicas y de a pie.
2.1.4. coherencia de conducta
2.1.5. conocimientos, cultura
2.1.6. respeto al otro
2.1.7. equidad
2.1.8. compromiso con el bien social (Juan Cejudo)
2.1.9. este mundo y el otro (P. Melero)
2.2. familia (Pepe Pimentel)
2.3. valores religiosos (José A. Carmona Brea)
2.4. aborto (P. Melero)
2.5. padres-hijo (Pepe Pimentel)
2.6. ocio
2.7. compromiso con el respeto a nuestro planeta (J.M. Vicente Pecino)
2.7.1. consumo (J.M. Vicente Pecino)
2.7.1.1.alimentos y agua (J.M. Vicente Pecino)
2.7.1.2.recursos (J.M. Vicente Pecino)
2.7.2. reparto riquezas (J.M. Vicente Pecino)
2.7.3. producción (J.M. Vicente Pecino)
2.8. sistemas de gobierno
2.9. la sociedad, reflejo de los gobernantes
2.10. justicia
3. posicionamiento personal
3.1. compromiso:
3.1.1. las ongs
3.1.2. la comunidad como alternativa al individualismo (Juan Cejudo)
3.1.3. organizaciones gubernamentales
3.1.4. políticos
3.1.5. guerra
3.2. desidia, comodidad
3.3. desencanto, desconfianza
3.4. comunicación interpersonal en internet
4. propuesta de convivencia, torbellino de ideas
4.1. democracia
4.1.1. las ideologías
4.1.2. la realidad
4.1.3. influencias de los partidos sobre la sociedad
4.1.4. alternativas (L. Vallecillo)
4.1.5. propuestas de soluciones

martes, 12 de mayo de 2009

José Luís Sampedro: por el placer de la lectura. Manolo Basallote

Se pretende obligar a las bibliotecas públicas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para 'resarcir' a los autores. Mientras la gente de a pie apenas llega a fin de mes, los ya millonarios se forran a cuenta nuestra. No consientas tamaño atentado contra la cultura y pasa este mensaje a todos tus amigos.


POR EL PLACER DE LA LECTURA:La SGAE (Sociedad General de Autores) ataca de nuevo.Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.

POR LA LECTURACuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un MaestroNacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse,acudía a laescuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porqueallí, en undespachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante.. Erasuya porquela había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones ypadres dealumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres. Allídescubrí aDickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblomadrileño. Noparecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargorecientemente unajoven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niñoscon untrozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la ideaconsimpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en elcolegio losdejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuandoregresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por elfinal, pidieranquedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo.

Durante laespera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a vecestambiénellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experienciahabía dadosus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes deque unasimple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otroprodigio en ungran hospital de Valencia.

La biblioteca de atención al paciente, con la quemitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de lospropiosenfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con uncarritodel supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintasplantas,con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentandoconvencer aburócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que elconocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a lacuración,al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de unabibliotecacon un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además delprestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio delgremio delibreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesónbibliotecario, alenterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretendeobligar a lasbibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto decanon pararesarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo..

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga unasuma esporque:
a) obtiene algo a cambio. b) es objeto de una sanción.


Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada laadquisicióndel libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con sumisión, quees precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acasodejaron decobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturasprestadas?.¿Venderánmenos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regalamuestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar lalectura? ¿Europaprefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europamercantil.Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con lalaborbibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autorcargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida endiferentesocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro

Si estas de acuerdo, pásalo. Por el placer de la lectura.

viernes, 8 de mayo de 2009

LOS LOCOS TAMBIÉN NOS ALEGRAMOS

EL LOCO DE LA SALINA

Pasé el fin de semana en Benalup, como me recomendaron en el manicomio. Me enteré de que allí vivía un amigo de la infancia y fui a verlo a su casa. Hacía más de 40 años que no había tenido la oportunidad de intercambiar con él apenas cuatro palabras y me llenó de alegría saber de su vida y obras al mismo tiempo que él supo de las locuras del que esto escribe. Lo conocí en el Seminario en aquellos tiempos del cuplé, cuando nuestros cuerpos no llegaban del todo a la tapa de la mesa. Pero pasaron tantos años, que, cuando salió a saludarme, no me conoció hasta que me quité el sombrero y le repetí mi nombre y apellidos. Luego repasamos todo lo que habíamos hecho y todos los sueños que se quedaron en el camino. Cada uno habíamos tirado por los distintos atajos de la vida, aunque al final estábamos sentados allí recordando, palabra que significa volver a pasar las cosas por el corazón. Jesús Barberá, al que le dicen Jesús incluso cuando estornuda, me contó sus peripecias como empresario y sus luchas por abrirse camino en ese mundo tan lleno de buena gente como plagado de piratas del Caribe. Yo le conté el esfuerzo que me costó coger por los cuernos el toro de los estudios. Todo fue resumido y abreviado, porque lo importante era volvernos a encontrar de nuevo acompañados de nuestras respectivas mujeres. Muchos de los que estuvimos en el Seminario dejamos aquello y nos casamos, otros siguieron y ejercen de curas en cualquier rincón de España, otros se casaron y no dejaron de ser curas...Hubo de todo en la viña del Señor.

Hoy, miramos hacia atrás sin ira y la mayoría lo hacemos con cariño, no solamente porque todo tiempo pasado fue mejor y entonces estábamos en la flor de la juventud, sino también porque recibimos unos buenos principios. Eso me hace distinguir entre católicos y católicos. Respeto al católico de buena fe, al que conserva con buena voluntad la tradición recibida de sus mayores, al que respeta y se hace respetar. No me llevo con el católico meapilas, ni con el que se identifica con el tinglado de una jerarquía caduca y politizada, ni con el que se tira el día dándose golpes de pecho mientras hace daño a sus hermanos.

¿Por dónde iba? El aire de Benalup me ha sentando bien, aunque me ha despeinado la memoria. Ah, por Jesús. He querido dedicarle estas líneas, porque me consta que ha sido un hombre trabajador, constante y de los que amando el futuro lo desafían continuamente.

De un tiempo a esta parte se dedica a la promoción de un artículo inventado y desarrollado por su primo Damián y por él mismo, llamado fregola. La fregola es una fregona que limpia sola, de donde su nombre. Para los amos y amas de casa se acabó el tirarse al suelo y el dejarse el alma apretando un palo. La fregola lleva incorporado un motorcito que cuida los riñones y hace el trabajo de exprimir a fondo. Decía Paco Alba que a los motores no hay quien los resista y llevaba más razón que un santo. Por tanto es un producto inventado aquí, desarrollado aquí y promocionado aquí. Lo he visto en el Corte Inglés y me llamó la atención lo estudiado que está. Por si faltaba poco, la fregola tiene la medalla de Oro Eureka de Bruselas.

Estoy convencido de que, si la fregola se hubiera inventado en Francia por ejemplo, habría una en cada casa, porque ya se encargaría Sarkozy y sobre todo la Bruni de darle el respaldo conveniente a todos los niveles. Pero estamos en España y en Andalucía, con lo que la cosa cambia sustancialmente.

Hoy, teniendo todos la preocupación por arreglar el tema del paro y proporcionar puestos de trabajo allí donde aparezca una idea luminosa, tengo que felicitar a Jesús por llevar adelante su brillante idea y por pertenecer al club de los locos de este insólito país.
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PANDEMIA

José Antonio Hernández Guerrero

La alarma social que la noticia de la gripe porcina mexicana ha generado tan rápidamente en todo el mundo tiene su origen -al menos en parte- en el desconocimiento del significado exacto de la palabra “pandemia”. Es probable que, si sólo hubiéramos escuchado que un cerdo ha contagiado de gripe a su cuidador, la información no nos hubiera producido ese susto que tanto tiene que ver con los fantasmas, con la oscuridad y con el vacío.

Lo peor de estas situaciones de alarma social -de miedo colectivo- es que, a veces, la crean o se aprovechan de ella los “aprovechados”, los “oportunistas”, los “listillos”, esos desaprensivos “vivos” que extraen bienes de los males, que resultan agraciados gracias a las desgracias de los más desfavorecidos. Es probable que los mayores recuerden a aquellos estraperlistas que se enriquecieron gracias a la carestía de la posguerra. Para identificarlos y para evitar, en lo posible caer en sus redes, deberíamos fijarnos en el evidente contraste que, a veces, se produce entre la alegría luminosa de sus rostros y la oscuridad tenebrosa de sus desdichados mensajes.

En estos momentos confluyen dos alarmantes noticias que, aunque se han originado en países lejanos, están removiendo nuestras aguas económicas y políticas en las que, probablemente, los avezados y los avarientos buscadores de tesoros capturarán una abundante pesca. Me refiero a la gripe porcina y a la crisis económica.

Por lo pronto, la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, tras firmar un acuerdo con los laboratorios Roche, ha garantizado que, en el plazo de un mes, el Estado y las Autonomías contará con diez millones de tratamientos antivirales contra la Gripe A encapsulados, y Defensa se encargará de encapsular, los ocho millones de tratamiento que aún quedan almacenados en diferentes lugares del país. ¿Quiénes -nos preguntamos- se podrán las botas con la venta de esos medicamentos?

La crisis financiera tiene como primer efecto que los partidos de la oposición aumenten las expectativas de votos y que sus lideres mejoren la valoración ciudadana. Ésta es la razón por la que resultará difícil que se logre un acuerdo a corto, medio y largo plazo, entre todas las fuerzas políticas y sociales. Pero, sin duda alguna, la consecuencia más grave de esta crisis está siendo el despido de trabajadores que las empresas realizan para no disminuir sus beneficios.

Glosario
“Pandemia” es una enfermedad que se extiende por varios países o que ataca a todas las personas de una región. Es una noción cuantitativa, se refiere a la cantidad de los afectados y no a la gravedad de la enfermedad.

Alarma”, es un estado de intranquilidad, de ansiedad o de zozobra, tras el anuncio de un peligro inminente. Es un malestar emocional que cumple la función de alertarnos y de preparar los mecanismos de defensa.

Alarmismo”, es la tendencia a difundir noticias alarmantes, a propagar rumores sobre peligros imaginarios o a exagerar los peligros reales. Es una estrategia tramposa que emplean quienes pretenden beneficiarse de las adversidades.

viernes, 1 de mayo de 2009

¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?

EL LOCO DE LA SALINA

Ayer tuve doble sesión con el psiquiatra. Me acosté en el sofá verde del manicomio y estuve tres horas largando con los ojos abiertos como ventanales. ¿Cómo van las cosas? Bien, quitando lo de los animales. ¿Qué es eso de los animales? Pues que veo animales a todas horas y por todas partes. Explíquese, hombre de Dios. Mire, todo comenzó con los caballos. ¿Con los caballos? Sí, hace ya tiempo apareció la peste equina por culpa de un mosquito africano y desde entonces no levanto cabeza, aunque al poco tiempo los caballos volvieron al campo y a su rutina de siempre; depués fueron las vacas locas, que tenían las lenguas azules y el coco desvariado, cosa que me sorprendió a pesar de estar yo más loco que ellas, aunque al poco tiempo el personal volvió a consumir carne de ternera como si nada; luego vinieron los pollos, que, como no tenían bastante con el marrón de dar vueltas en los asadores, empezaron a estar en boca de todo el mundo, aunque al final todo se normalizó y Maite ganó la partida; no hace mucho ha saltado a la escena el lince, al que algunos místicos tratan como oro en paño hasta el punto de compararlos con los niños; de vez en cuando salta el tema de los toros, que si es arte, que si es una barbaridad...; y por si faltaba algo de un tiempo a esta parte nada más que veo burros a mi alrededor. Por favor, sin faltar. No, doctor, deje que me explique, porque esto último de los burros es algo anormal.
Mire, cuando alguien me habla, me parece que me está rebuznando y la verdad es que estoy preocupado. Veo burros por todas partes. ¿Le damos un repaso a su infancia? Bueno, retrocedo a mi infancia y me veo con aquellas orejas borriqueras del que no daba con la solución al problema de Rubio. Enciendo la tele y me encuentro un montón de burros en una noria que mariposea en las aburridas vidas de cuatro cantamañanas. Voy a la biblioteca y el primer libro que me encuentro es Platero y yo, como si no hubiera más libros en el mundo; paseo por La Isla y me doy de frente con la mascota de los Juegos Iberoamericanos, que es precisamente un burro salinero con todos sus avíos. Doctor, ¿no es para estar preocupado? Hombre, mirado así, lo suyo es para volverse loco. ¿Por qué cree que estoy aquí? No paro de pensar en los animales.
Ahora le ha tocado el turno a los cerdos. Hasta el más tonto va a tener que llevar una mascarilla para no resfriarse, como si todos hubiéramos estado en las playas de Cancun. He pensado, doctor, una teoría y usted me dirá si llevo razón o no. Dígame. Pues, que mientras pensamos en los animales, no tenemos tiempo de pensar en las personas. Usted es muy mal pensado. Mire, no puede ser que los bichos estén ocupando nuestras cansadas mentes y no tengamos cuerpo para otros pensamientos. ¿Qué pensamientos? Pues los que nos están comiendo las entrañas poco a poco. Por ejemplo, la crisis. ¿Sabe mi teoría? Que, mientras estamos entretenidos con los caballos, las vacas, los pollos, los cerdos y los burros, no vamos a centrarnos en lo realmente importante, que es el paro galopante que nos atosiga y nos aprieta la sangre. No me querrá decir que todo eso de los animales es un invento de los políticos de turno. Y ¿por qué no? Ya verá cómo dentro de poco habrá algún problema con la cucaracha, con el grillo o con la zapatilla. Es un terreno amplio al que se puede recurrir en cualquier instante para desviar la atención.
Oiga, usted está menos loco de lo que yo pensaba. Pero no me deje salir de este manicomio, porque lo primero que voy a hacer es ir a ponerme una buenas herraduras. Vale.

A PALABRAS SABIAS, OÍDOS SORDOS.

A

Como algunos saben, fui tabernero durante ocho años. En Jimena de la Frontera para más inri. Entre otras cosas me sirvió para aprender un principio de la comunicación: el volumen de voz –en decibelios- con que se habla es inversamente proporcional a la importancia de lo que se dice. Mientras más estupideces se dicen, más alto de habla, por eso, en una taberna como aquella, el tabernero está condenado a embrutecerse escuchando sólo chorradas. Porque si algunos tiene una conversación importante, se sienta en una esquina, hablan en voz baja y el tabernero no se entera. ¿Cómo se discute de futbol? A grito pelado. ¿Cómo nos decía Solbes que estamos en la ruina? No forma que no nos enteráramos. ¿Cómo hablan los políticos en la elecciones? Pues eso.
Por otra parte, posteriormente, estuve trabajando ocho años en una factoría del acero y salí de allí con los oídos un poco, digamos, menos ágiles de lo normal. El otorrino me lo dijo:
-¿Usted ha trabajado en la metalurgia?
-Sí.
-Entonces ya está.
Dicho esto, os cuento que anoche asistí a una mesa redonda –aunque las mesas fueran cuadradas- de unos cineasta de la comedia española que organizó la UNED. Lógicamente no me enteré de casi de nada. Oía la conversación, eso sí, pero justo en el límite de decibelios para no poder entender el mensaje, Y salí cabreado, porque los duros de oído estamos discriminados en esta sociedad. Dime si no es verdad esto: A una persona ciega se le dice:
-Tenga usted cuidado, permítame que le ayude. Ya está. Estupendo.
Sin embargo a los duros de oído se les recrimina:
¡Venga ya, que estás más sordo que una tapia, cojones!
Y no hay derecho. Protesto enérgicamente. Y alguien dirá:
Pues llama la atención del conferenciante y señálale tu oído, que él entenderá:
-Un poquito más alto, picha.
Pues no señor, no lo hacemos porque la experiencia me dice que sube el volumen 30 segundos y después se le olvida y si repites el gesto, la gente se vuelve diciendo:
-¡ Y este!
Anoche yo veía que el público se reía de vez en cuando a carcajadas y, a más veces que ocurría, más cara de tonto se le ponía a uno. O sea, que voy a tener que dejar de ir a las conferencias, seminarios y similares, porque solamente para salir en la tele local, como que no.
Al final, la lectura va a ser la única forma.
Qué le vamos a hacer.
¡Y menos mal!
Luiyi

Sortear la vejez y vivir la ancianidad

José Antonio Hernández Guerrero El comienzo de un nuevo año es –puede ser- otra nueva oportunidad para que re-novemos nuestr...