viernes, 28 de agosto de 2009

CARTA DE VARELA AL ALCALDE

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EL LOCO DE LA SALINA

Todo tiene un límite y hasta aquí hemos llegado. Le ordeno, o mejor, me dirijo a usted a ver si acabamos con esta situación que me tiene totalmente desesperado. En su día, hace más de sesenta años, cuando me levantaron el monumento en plena Plaza del Rey, yo estaba muy contento, porque era una manera de que mi recuerdo permaneciera para siempre entre los cañaíllas. ¡Qué ajeno estaba yo al tema! Ya sabía que poniéndome a mí allí en medio, se cargaban ustedes la Plaza que con tanto esmero diseñó Torcuato Cayón, pero es que un servidor había hecho muchos méritos y el que vale, vale. Ha pasado el tiempo y no se puede usted hacer una ligera idea de los malos ratos que paso sentado aquí arriba del caballo señalando con mi dedo hacia no se sabe dónde. Por lo menos antes señalaba a un freidor que pusieron enfrente, pero ahora ¿dónde señalo?
Desde arriba sufro viendo a la gorda que come pipas y tira todas las cáscaras al suelo. Veo al niñato que le pega la patada a la papelera y esparce la basura. Veo al viejo que escupe sin miramiento. Veo a todo el mundo bebiendo y a mí no me suben ni una coca-cola. Los niños juegan entre la mierda que se desparrama por el suelo y yo sin poder señalar a los culpables. Menos mal que me pusieron de espaldas al Ayuntamiento, porque así me ahorro tener que contemplar cómo se va cayendo poco a poco.
Encima se va acercando el 2010 y a mí me han dejado los albañiles a un lado, mientras que me han dicho que a la Alameda la han preparado como Dios manda. ¿Qué tiene la Alameda que no tenga la Plaza del Rey? Iban ustedes a hacer un parking y no sé cuántas cosas más. Nada de nada. Aquí estoy yo entre las dos eternas palmeras a verlas venir.
Le escribo esta carta, porque lo que me ha puesto como una moto es que usted no haya aprovechado la obra del tranvía para quitarme ya de la Plaza a mí, al caballo, a la piedra sobre la que figuramos, al estanque lleno de agua podrida que nos circunda y a las marchitas flores que padecen todos los días el asalto de los niños. Por favor, quíteme ya de allí. Mándeme a la estación, o al sitio que usted prefiera, pero tal como estoy soy el cachondeo de la infancia y el hazmerreír de los adultos. Tanto mi caballo como yo hemos sido muy pacientes. Las palomas han hecho filigranas con nosotros. Tengo el abrigo que ya usted lo habrá visto. De pena. Me han quitado muchas letras de la dedicatoria que me hicieron y ya no se entiende ni la mitad de la mitad. Si es verdad que soy Hijo Predilecto de La Isla, demuéstrelo llevándome a un lugar más discretito y donde no haya palomas, por favor.

En mis buenos tiempos ya hubiera tomado severas medidas, pero ahora estoy en sus manos. Por otra parte, no tiene que tener miedo a que los fachas critiquen la medida de cambiarme de lugar. Aquí nadie protesta por nada. Pagan en silencio los abusivos impuestos que se imponen, soportan callados ese invento de las insaciables zonas azules, miran para otro lado viendo como ven tanta suciedad por las calles…
Anímese y cualquier noche me bajan del caballo y me llevan donde ustedes quieran. Desde luego, si llego a saber esto, no me hacen ustedes el maldito monumento. Me he enterado también de que ha desaparecido un montón de dinero de la caja del Ayuntamiento. ¿Es posible que aquí todo pueda desaparecer de la noche a la mañana menos yo? Para estar como estoy yo también quiero desaparecer. A ver si puede ser.
Le daría un abrazo, pero me lo va a tener que dar usted a mí, si no le da asco.

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domingo, 23 de agosto de 2009

Cebrián arremete contra el Gobierno

"Un Gobierno de república bananera"
Actualizado el 21/8/2009 - 11:45h
En una entrevista en su propia emisora, el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, ha denunciado esta mañana el "intervencionismo descarado, inmoral e inadmisible" del Gobierno por aprobar el decreto ley de la Televisión Digital Terrestre (TDT) de pago, que deja a su grupo en muy mal lugar. "Nos oponemos a un decreto de urgencia anticonstitucional que no tiene otro sentido que no sea ayudar a sus amigos", ha asegurado.
Para Cebrián "se trata de una intervención desaforada del Gobierno para doblegar a los medios". Además, el comportamiento del ejecutivo es, a su juicio,"propio de una república bananera" y que crea "inseguridad jurídica" a la empresas. En alusión al nacimiento de lo que constituirá su principal competidor, Gol TV, dijo: "Lo que nos preocupa no es la competencia entre dos grupos, sino la calidad democrática".
Por otro lado, señaló que no hay una guerra de medios, sino "una guerra del Gobierno contra medios independientes". De este modo, la aprobación de este decreto ley supone para el consejero delegado del grupo Prisa una "guinda" más de una forma de gobernar "por capricho".
El ex director de El País habló también sobre la ruptura de las negociaciones con Imagina (La Sexta y Mediapro) operación que no salió adelante y que para Cebrían el principal problema era identificar quién era el verdadero negociador. "Hay que saber quien está negociando al otro lado de la mesa", declaró, que ha denunciado que se trataba de alguien vinculado al Boletín Oficial del Estado. "Hay que poner fin a la intervención del Gobierno en el mercado,"añadió.
OPINIONES:
127 Maria 22/8/2009 - 12:31h
¡Coño, cómo cambia uno de ser el que recibe a ser el ignorado! Sr. Juan Luis Cebrián, director del periódico: “El País,”un 90% de la culpa de que tengamos un gobierno BANANERO, lo tiene usted y su empresa PRISA y ahora que dejan de ser la preferida en el aren de Zapatero ¿Se queja? Bien hombre bien, nunca es tarde si la dicha es buena. Mire, dudo mucho de su honradez y de su profesionalidad pero por si todavía le queda un ápice de vergüenza, he decidido darle un voto de confianza y proponerle un reto. Si su ataque de sinceridad hacia la política del gobierno, es verdadera. Tire de la manta, lo reto a que tire de la manta, cuente todo lo que sabe y ayude a España a salir de la crisis. Si usted habla hundirá a Zapatero y con Zapatero a ese gobierno bananero al que hace referencia y si nos libra de él habrá salvado a España de la mayor ruina de su historia.Si no tiene cojones para aceptar el reto y salvar a España, téngalos al menos para cerrar sus empresas y dejar de ser cómplice de la destrucción del país.-


(Noticias de prensa servidas por Ernesto Caldelas)

sábado, 22 de agosto de 2009

UN SILOGISMO



Con la crisis llegó el paro
para paliar el paro, se inventó el plan E
que crea empleo y arregla las ciudades de España .

LUEGO :

La crisis y el paro son buenos porque originaron el plan E
que adecenta las ciudades de España,
que de otro modo no sé si se hubiera hecho.

Se admiten objeciones al silogismo.
A mí se me ocurren algunas :

-No todo el mundo piensa que el plan E
soluciona el paro y la crisis.
(no es una verdad universal).

-Algunos piensan que el plan E
Es “pan para hoy y hambre para mañana”

BREVE DICCIONARIO

Crisis: mal que padece la economía mundial, reconocido en último momento por nuestros políticos, a la que se le achaca, por falta de previsión, todas nuestras desgracias, y de la que esperemos no salir los últimos.

Paro: ausencia de trabajo que afecta mayoritariamente a la juventud y situación al que se ven avocados los trabajadores por la reconversión y deslocalización de algunas empresas para obtener mayores beneficios.

Plan E: Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo. ¡¡Casi nada¡¡.

Algeciras 21.08.09
Andrés Baquero

viernes, 21 de agosto de 2009

VENTAJAS DEL TRANSPLANTE DE CARA

EL LOCO DE LA SALINA

Por fin se ha llevado a cabo el primer transplante de cara en este bendito país. Hace unos cuantos años, esto hubiera sido impensable. Ha costado lo suyo, pero ya era hora, porque aquí se transplantaba todo, excepto lo que más luce y aparece a la vista. Hoy me he levantado preocupado por la noticia y lo primero que he hecho ha sido mirarme en el espejo por si me veo en la necesidad. De pronto he pensado que, si yo tuviera una cara distinta a la que me acompaña desde que mi madre me parió, probablemente el loco de la salina sería otro bien distinto a mí y hasta vería este manicomio con otros ojos.

A bote pronto la operación de cambio de cara parece complicada, dificultosa y plagada de problemas, pero nada más lejos de la realidad. El montón de horas que requiere cambiarle el careto a alguien se queda en nada, si lo comparamos con las increíbles ventajas que se derivan del cambiazo. En primer lugar hay que advertir de que no todo el mundo puede ser receptor de una nueva cara por la misma cara. Los hay incompatibles.
En La Isla viven muchos incompatibles con el rostro tan durísimo que hasta el bisturí se resistiría y se echaría a temblar de tanto esfuerzo inútil. Además no están los cirujanos preparados para meterle mano a tanta dureza como se iban a encontrar. Por eso, siendo la cara el espejo del alma, tendremos que convenir en que aquí existen almas extraordinariamente duras y forjadas.
Si recalamos en el terreno de los políticos, el transplante vendría a solucionar de una vez por todas el ansia incontenible por permanecer eternamente en el poder, pues a ver quién iba a darse cuenta de que siguen los mismos, si además les cambiamos la carita. Ya sin transplante la inmensa mayoría de los políticos no se va ni a tiros, a pesar de estar más vistos que Belén Esteban. Imagínense la historia, si pudieran cambiar de look. Los que ya llevan setecientos años chupando de la olla gorda podrían continuar alegremente otros setecientos, porque aparentemente los chupadores serían unos nuevos y perfectos desconocidos.
Por otra parte los tramposos podrían pasear por su acera correspondiente, aunque se les cayera la cara al suelo, pues se pondrían otra y aquí paz y allí gloria. Ahora mismo la cosa de los transplantes está en pañales y muchos se van a tener que conformar con la primera cara que se les ofrezca por muy feo que sea el donante, pero con el tiempo todo se perfeccionará y podremos escoger entre parecernos a Paul Newman o a Robert Redford. El alivio para los feos será infinito. Entonces aparecerá la competencia y el yo no voy a ser menos que el vecino del quinto. Los fachas que todavía añoran el cara al sol comprobarían en sus propias carnes la dificultad de tostar dos caras una detrás de otra. Incluso llegará un momento en que podremos tener en casa unas cuantas caras para usarlas según la ocasión y la conveniencia. Podremos tener una cara para ir a alguna fiesta, otra para ir al tanatorio, otra para pasar desapercibido, otra para echársela a algún asuntillo…

Las ciencias avanzan que es una barbaridad. Si cambiamos de coche, de casa, de mujer y de suegra, ¿por qué no íbamos a cambiar de careto con lo aburrido que es ver siempre la misma película? Yo estoy de acuerdo con esos transplantes, siempre y cuando se les obligue a los transplantados a llevar en el pecho una foto con la cara anterior que tenían, más que nada para poderlos llamar por su nombre.
Por cierto, me he enterado de que los que se llevaron los siete millones y pico largo de euros del Ayuntamiento se han podido transplantar la cara. Si eso es verdad, tiramos la toalla y podemos dar la pasta por perdida. Yo alucino ante tanta cara.

jueves, 20 de agosto de 2009

LOS ESPEJOS

José Antonio Hernández Guerrero

Tengo la impresión de que uno de los ejercicios más saludables para nuestro cuerpo y para nuestro espíritu es el de mirarnos con atención en los espejos, esas herramientas mágicas que atrapan nuestra imagen y que nos la devuelven, unas veces con fidelidad y otras veces distorsionadas. Los espejos sirven para que nos contemplemos desde fuera, desde cerca, desde lejos y, si somos precavidos, desde dentro. Por eso pueden engañarnos y desengañarnos. Si tenemos habilidad para que no nos ocurra como a Narciso, en ellos podemos ver reflejados nuestros rasgos físicos más atractivos y nuestras virtudes morales más sobresalientes. Esta práctica nos resulta efectiva para sentirnos bien con nosotros mismos y para elevar nuestra autoestima. También nos sirve para identificar los defectos y para asumirlos con serenidad, para identificar las arrugas del cuerpo o las manchas del espíritu y para, tras una sincera autocrítica, mejorar en lo posible nuestra figura.

En mi opinión, también es sano que, de vez en cuando, nos miremos en esos otros espejos deformantes como los del Callejón del Gato de Madrid, en los que nuestro paisano Dorio de Gádex y el bohemio Max Estrella, según la obra de Valle Inclán, vieron la tragedia de España transformada en esperpento. De vez en cuando, podríamos entretenernos viendo cómo, mientras que en los cóncavos, con nuestra figura estilizada nos parecemos a Don Quijote, en los convexos, nuestros cuerpos rechonchos imitan al de Sancho Panza. Reírnos de nosotros mismos es la mejor terapia para curar esas paranoias que, de vez en cuando, sufrimos al creernos que somos muy diferentes al resto de los mortales.

Estoy convencido de que el mejor espejo lo encontramos en los ojos de los buenos amigos, de esos seres próximos y semejantes que nos comprenden, aunque no les expliquemos todas las razones de nuestros comportamientos; esos intérpretes que identifican las claves de nuestra manera de ser, aunque no analicen psicológicamente nuestro temperamento; esos exégetas que descifran el sentido profundo de nuestros pensamientos, aunque no se los formulemos con palabras; esos expertos que alcanzan la razón última de nuestros deseos íntimos y llegan hasta las raíces ocultas de nuestros temores secretos, aunque no hayan vivido nuestras propias experiencias.

Los seres humanos, para llegar a ser nosotros mismos necesitamos que alguien nos explique, con claridad y con tacto, quiénes y cómo somos; necesitamos que nos diga cómo suena nuestra voz, cómo cae nuestra figura y cómo se interpretan nuestras palabras. Pero no olvidemos que, para tener y para conservar amigos, hemos de despojarnos de los atributos que, por representar poder, nos elevan; y hemos de prescindir de las insignias que, por encerrarnos en instituciones -aunque sean abiertas-, nos distancian afectiva y efectivamente.

El amigo es ese oidor atento y respetuoso que nos escucha y nos entiende, descubre nuestras reales o aparentes contradicciones, descifra el misterio que cada uno de nosotros encierra y explica el ejemplar único que dibuja nuestra compleja existencia personal. El amigo es un acompañante sensible, experto y generoso que capta las ondas sordas de nuestros latidos íntimos, que descubre nuestra verdad y al que confiamos nuestras fortalezas y, sobre todo, nuestras debilidades. A lo mejor todo esto tiene que ver con esas neuronas llamadas “espejos”, unas células nerviosas que, adecuadamente estimuladas, nos ayudan a entendernos, imitarnos y ayudarnos, y que, además, nos previenen contra el autismo, la fobia social, la depresión, la ansiedad y el pánico.

lunes, 17 de agosto de 2009

Peli y canción del verano

Si estuviésemos en la década de los 50 del pasado siglo, la película del verano podía ser "Un rey en Nueva York" de Charles Chaplin.
O incluso una musical "On the Town" ("Un día en Nueva York") de Stanley Donen con Gene Kelly y Frank Sinatra...
Pero estamos en "el largo y cálido verano" de este 2009, zapateril, Falconiano, Marettoso, planetario, cósmico, galáctico...
La peli de este verano tendría que ser subvencionada oficialmente, producida por "el sindicato de la ceja", protagonuzada por cualquier chico/chica de Almodóvar y dirigida por ese "pericón manchego" que se cree dios ("hubo un tonto en el lugar/ que se creyó golondrina/ y un día se echó a volar/ desde lo alto de una encina"...,o sea)
Pero tampoco. El film de este verano lo ha producido "Cifesa ZapaMoncloa", lo ha dirigido un tal Moratinos, con exteriores en Nueva York e interiores rubalcabeños en la sede de la ONU...Su título original: "The Member". Versión española: "Una miembra en la ONA". Y su protagonista (igual-dá que da-igual): Bibiana ("miralá, miralá...la chica de Alcalá").
No se la pierdan, No es necesario que se desplacen hasta los cines de la Quinta Avenida. Basta con que pinchen youtubechirigotailegalsemanaculturalversalleslaviña...
Podrán contemplar, visionar, admirar a nuestras versallescas Bibis y escuchar su magnífica banda sonora: "Mi papá...es muy amigo/ de un tal pepe luí/ que se portó mu bien conmigo/ y ´me hiso un hueco...¡en Madrí!
¡Peaso peli y canción del verano! Y la entrada baratita. Pá este 2009 de crisis y paro, pisha.

INGENUO. LUISUAREZ
Luis J. Suárez Alvarez
DNI 31062170. Cádiz

jueves, 13 de agosto de 2009

DESVEBALIZAR

José Antonio Hernández Guerrero

Tengo la impresión de que, incluso en los ámbitos laborales en los que la herramienta principal es la palabra, escasean los profesionales dotados de una clara consciencia de la importancia decisiva que posee el cuidado, la renovación y el enriquecimiento del vocabulario. No solemos advertir que, de la misma manera que, por ejemplo, las tijeras se mellan o los pinceles se despeluchan, al lenguaje lo degradan los agentes corrosivos que pululan en el medio ambiente y lo estropea, sobre todo, el mal uso que de él hacemos los hablantes.

No es extraño, por lo tanto, que no activemos las alarmas que avisan la inminencia de esta pandemia tan grave como es el proceso de “desverbalización” que nos invade: una enfermedad degenerativa que nos deja indefensos frente a los interesados ataques de la devastadora publicidad comercial y ante a los asaltos permanentes de la propaganda política partidista. No advertimos que la desverbalización es un virus contagioso que ataca nuestro sistema inmunólogico y neutraliza nuestros mecanismos de defensa.

A veces llegamos a la conclusión de que muchos de los profesionales de la palabra se empeñan en empobrecer el lenguaje y, en consecuencia, el pensamiento y la vida. Fíjense en los copiosos manantiales en los que se nutre nuestra lengua: los medios de comunicación, repletos de contenidos soeces y de expresiones vacías, los discursos parlamentarios con su depauperada retórica, y, en la base, la atmósfera que se respira en muchos hogares en los que es altamente improbable que las ideas brillen más que en esos escenarios públicos.

Los adultos nos lamentamos con razón del creciente empobrecimiento del léxico de los jóvenes y de los adolescentes. Nos molesta especialmente la forma económica con la que transcriben los mensajes en los correos electrónicos y en los sms, pero, al mismo tiempo, con la ingenua intención de conectar con mayor facilidad con ellos o de producir la impresión de que estamos “al loro”, repetimos sus reiterativas expresiones produciéndoles más bien el efecto cómico de unos pretenciosos “puretas”.

Pero lo peor de todo es cuando este comportamiento infantil y empobrecedor lo adoptamos quienes con nuestra manera de hablar o de escribir deberíamos proponer unos modelos más correctos, más atractivos y más expresivos. Me refiero a los políticos, a los profesores, a los escritores y a los periodistas. ¿Saben ustedes que algunos asesores de imagen coleccionan vulgarismos de moda con el fin de que sus líderes aliñen sus declaraciones y adornen sus mítines? Ayer mismo le escuché a un profesor amigo mío un saludo dirigido a una alumna: “Adiós, tía, esta mañana vi en la playa a tu compañero “El Flaco”, flipando con una colegui”. Y si repasamos las páginas de cualquier periódico provincial o nacional, encontraremos abundantes artículos cuyo recurso literario principal es el uso abusivo de incorrecciones léxicas, fonéticas y ortográficas. Abundan los escritores que, por ejemplo, confunden el dialecto andaluz con la defectuosa pronunciación, con la incorrección gramatical, con la pobreza de palabras e, incluso, con la mala educación. No estaría mal que, entre todos, emprendiéramos una campaña para verbalizar, para enriquecer nuestro vocabulario con el fin de expresar con precisión nuestra peculiar manera de entender la vida y de comunicar con generosidad nuestros mejores sentimientos.

domingo, 9 de agosto de 2009

ALMODOVAR ARREMETE CONTRA EL PAPA Y LA IGLESIA.

Berlín 6 Agosto 2009.- (EFE)

"Un director es una especie de Dios. Y lo digo yo, que no soy creyente", sostiene Almodóvar, en una entrevista que publica hoy el semanario alemán "Die Zeit", coincidiendo con el estreno en ese país de "Los abrazos rotos".
"En mi mundo cinematográfico no juega absolutamente ningún papel el hecho de que el Papa sólo reconozca la variante católica de la familia", afirma.
Hace más de veinte años que rueda películas, añade, en donde "una familia es un grupo de personas, centrado en un pequeño ser, que se quieren y cumplen sus necesidades, sin importar si se trata de padres separados, travestis, transexuales o monjas con sida".
A Almodóvar le parece que, de vez en cuando, el Papa "debería salir a pasear fuera del Vaticano y mirar lo que es una familia de hoy".
"Es una absoluta locura no reconocer cómo viven hoy en día millones de personas", dice, para concluir que "mis familias son más reales que las del Papa, porque no viven de acuerdo a algún tipo de dogma, sino de acuerdo a sus compromisos con la vida".

sábado, 8 de agosto de 2009

EL BALONCESTO Y LA ISLA

EL LOCO DE LA SALINA

Amaneció ayer como casi todos los días, con el sol prometiendo justicia y con las sombras acorraladas en la calle Real a la altura de la acera de los tramposos. Mi nieto se había acostado recordándome que no se me podía olvidar que por la mañana había movida de baloncesto en la calle Real y que él no quería perderse ningún detalle. Pronto se quedó dormido, mientras yo le contaba el cuento de Pinocho. Medio listo de papeles, me insistió en que le contara mejor cómo eran de altos los jugadores de la selección española de baloncesto de los que tanto le había hablado.
Yo le dije que eran tan altos que a cualquiera le podía doler el cuello de mirar para arriba. Incluso, aunque yo lo subiera encima de mis hombros, tendría que mirar al cielo para verle la cara a aquellos superhombres. El pobrecito mío se durmió alargando el cuello y con la imaginación revoloteando por la almohada.
En cuanto amaneció, lo primero que escuché fue su voz clara y firme. Abuelo, ya es por la mañana y tú me lo prometiste, con que vamos al lío. Entre una cosa y otra el reloj marcó las nueve. Ya vestidos, peinados, lavados y desayunados, cogimos la calle con la ilusión a flor de piel como dos niños chicos. No se le olvidó a mi nieto el pequeño bloc para que estamparan su firma en él los grandes de la canasta y yo me llevé el bolígrafo de las grandes ocasiones. Llegamos a la calle Real y pasando a duras penas por las pasarelas de chapa, pudimos observar que se iba llenando poco a poco de niños y de balones. Una vez calculado el mejor lugar para que el sol no nos acribillara, esperamos pacientemente. Abuelo, ¿dónde están los hombres altos que me dijiste? Tranquilo, que es temprano. Se habrán levantado tarde, pues cuanto más largos son sus cuerpos, más descanso necesitan. ¿Y cómo son las camas de esos hombres? Enormes. ¿Y cómo son sus tenis? Cuatro veces los tuyos y dos veces los míos. La verdad es que cogimos un buen sitio, porque la avalancha de chiquillos podía ser horrorosa y con la calor no iba a estar la cosa para apretujones. Seguimos esperando, mientras mi nieto me acosaba a base de preguntas cada vez más difíciles de contestar. ¿Y cómo se peinan si son tan altos? Pues se ponen de puntillas.
Y nos dieron las diez, y las once, las doce, la una, las dos y las tres, y desnudos al atardecer nos encontró la luna, digo, el sol. No habrán podido venir. Estarán entrenando en Bahía Sur, mañana y tarde. Seguramente también por la noche y por la madrugada. Mi nieto me miraba con cara extraña. Abuelo, vámonos ya para casa y me terminas de contar el cuento de Pinocho. Conmovido por la alusión directa a las mentiras salidas de mi boca y a la crecida total de mi nariz, volvimos a casa decepcionados.
Y yo me quedé pensando. Tantos años entrenando en La Isla esos hombres tan altos y no han podido sacar unos minutos para aparecer por la calle Real a ver a los niños de La Isla y sobre todo a que los niños de La Isla los vieran a ellos. Si yo me doy una vuelta por la calle Real, no es noticia que valga un euro, pero si la da la selección española, campeona del mundo, ¿cuánto vale eso? ¿Nadie en el Excelentísimo Ayuntamiento de esta ciudad ha podido conseguir la proeza de que esos hombres altos se den una pequeña vuelta por el centro de una ciudad que tanta suerte les ha dado y que año tras año los ha ido acogiendo con tanto cariño y esmero? A ver esta noche con qué cara le cuento yo a mi nieto un cuento que parezca verdad sin que me diga: abuelo, no seas tan embustero.

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LA ORGÍA DE LA TOLERANCIA.


“A fuerza de ser tolerante lo estamos consintiendo todo en los países occidentales. Estamos banalizando los discursos de la extrema derecha, restamos importancia a la hipocresía, minivaloramos las discriminaciones proponiendo un modelo de sociedad hueco y desquiciado.” Jean Fabre. (“La orgía de la tolerancia.”)

En la actualidad, este bailarín de origen belga y coreógrafo, está llevando por los escenarios europeos, un espectáculo donde quiere hacer ver al espectador hasta donde llega la tolerancia en la sociedad que nos ha tocado vivir. Esta obra se ha presentado en el festival francés de Aviñón y es una escenificación bastante convulsa, donde mezcla el poder con la crítica a la política, al sexo y a la violencia. Él basa la obra en la decadencia que encuentra y en la anestesia social que existe en el mundo occidental. Decadencia por la aparición de nuevos becerros de oro y anestesia por el dominio del hedonismo y el materialismo.
La libertad de expresión (Más bien el libertinaje) lleva a que se represente en los medios de comunicación toda clase de imágenes: crímenes, abortos, derramamiento de sangre (gore), actos sexuales, pederastia, cabalgatas de orgía gay, en definitiva todo vale. Es lo que tenemos y oímos decir, que todo está bien, que cada uno puede hacer lo que quiera porque somos libres. El sillón y el televisor del salón son los símbolos más significativos de nuestra pasividad y resignación. Son los elementos más simbólicos del atragantón de imágenes para una gran masa sin capacidad de juicio ni de crítica, porque todo lo ve correcto por la falta de educación y cultura.
Una mayoría de ciudadanos abdican de todo lo que signifique esfuerzo, trabajo o ayuda a los demás. El sofisma es divertirse los máximo posible haciendo dejadez de lo más importante, a cambio de todos los placeres de consumo. Esto beneficia la proliferación de mensajes revolucionarios, terroristas, antisemitas, neonazis, racistas, fanáticos y aberrantes. Al mismo tiempo produce el adormecimiento y el abotorgamiento de las conciencias y deja amplio margen para los discursos de los intolerantes.
¿Hasta donde nos llevará esta situación que no parece tener fin? Porque se palpa un gran cambio en la sociedad que nos va llevando a un callejón sin salida. Aumento de la delincuencia y de la droga, fracaso escolar, falta de escolarización en determinadas barriadas, violaciones de menores, abuso con violencia en los centros de enseñanza y el abandono de la responsabilidad y de la educación en valores por los padres y profesores. ¿Qué sociedad va a prevalecer en un tiempo no muy lejano?
A pesar de todo, no estoy de acuerdo con su espectáculo, ya que viene a caer en lo que tanto critica. Aprovechándose de la libertad de expresión vuelve a representar planos muy reales de sexo y de violencia. Además para Fabre no hay esperanza, no encuentra en la moral o la ética la solución para estos ciudadanos obsesos y alcoholizados desde la minoría de edad.

jueves, 6 de agosto de 2009

Despacio

José Antonio Hernández Guerrero

No sé si seré capaz de cumplir mis propósitos pero, por primera vez, he decidido vivir este mes de agosto de una manera contraria a la que he pretendido en mis últimas vacaciones veraniegas. No he trazado programas ni me he fijado metas: no he proyectado viajes a lugares exóticos, no me he propuesto leer los libros que he adquirido a lo largo del año, ni visionar todas las películas que me han regalado los periódicos dominicales, ni darme un número determinado de baños en la playa, ni siquiera asistir a los espectáculos programados en la playa o en la plaza de la Catedral.

¿Qué piensas hacer este verano? -me pregunta mi amigo Cecilio-. Nada –le he respondido-. Me conformaré con contemplar desde la muralla del Campo del Sur los cambios que las mareas y los vientos generan en el movimiento de las olas y en el color del mar, leeré y releeré una y otra vez los mismos versos, volveré a ver las películas de Chaplin y escucharé algunas de las melodías y de los ritmos que me acompañaron durante la juventud. Buscaré espacios de silencio y dedicaré un tiempo sagrado a la conversación distendida e intrascendente con dos o tres amigos. Y todo lo haré despacio, muy despacio.

He llegado a la conclusión de que uno de los procedimientos más eficaces para aprovechar y para disfrutar de nuestro escaso tiempo humano –de los minutos, de las horas y de los días- es ralentizando el ritmo de nuestras acciones y deteniendo las pulsaciones de las sensaciones que experimentamos. Pretendo saborear los efímeros momentos de bienestar, evitar las prisas, desarrollar la habilidad de simplificar las actividades y, sobre todo, aprender el arte de prescindir de esos objetos que la publicidad me impone como imprescindibles. Vamos a ver si soy capaz de deshollinar mi mente de deseos y de limpiar los horarios de esos trabajos que ocupan hasta la saturación la mayor parte de mi tiempo. En contra de los mensajes que, en estos momentos de crisis, lanzan a una los políticos, los economistas y los empresarios, creo que el aumento del consumo no equivale al crecimiento de la felicidad personal ni al fomento del bienestar familiar.

Si prestamos atención al interior de nosotros mismos, a ese espacio íntimo en el que se aloja la felicidad, podemos constatar cómo esos bienes que invaden nuestros hogares y llenan nuestros bolsos contribuyen escasamente a que nos sintamos bien con nosotros mismos y a que alimentemos unas relaciones humanas intensas e íntimas. Como afirma Zygmunt Bauman, el crecimiento del producto interior bruto es un índice bastante pobre para medir el aumento de la felicidad. Estoy convencido de lo contrario: de que esos niveles económicos sólo son estrategias engañosas que sirven para engatusarnos y para aprovecharse de nuestra inevitable búsqueda de la felicidad.

Aunque todos sabemos que levantar nuestra débil voz contra los mensajes ensordecedores que nos lanza la ubicua publicidad es un ingenuo alarde de voluntarismo inútil, aunque estamos convencidos de que es imposible luchar contra la omnipotencia de los altavoces que nos convocan al consumismo, nos decidimos una vez más a expresar nuestra convicción de que la dirección que hemos de tomar es exactamente la contraria y preferir en vez de cantidad, la calidad; en vez de la rapidez, la lentitud

Sortear la vejez y vivir la ancianidad

José Antonio Hernández Guerrero El comienzo de un nuevo año es –puede ser- otra nueva oportunidad para que re-novemos nuestr...