viernes, 22 de enero de 2010

UN SACRISTÁN EN EXCEDENCIA


Llegaron los fondos del Estado, y se iniciaron proyectos y obras para lavar la cara a la aciaga y triste situación de desempleo que padecemos en España y de la que infaustamente no nos libramos tampoco en Algeciras. Pero créanme que, ciertamente, estos planes y estas trabajos, antes de iniciarse, ya estaban condenados a tener puesta su fecha de caducidad. Es algo a todas luces perentorio que, en la mayoría de los casos, no va a servir absolutamente para nada y que, en definitiva, no va a ser más que una política afarolada, de engañabobos, en aras de seguir tergiversando el contexto de la realidad a la población, ocultando la gravedad de la crisis que venimos padeciendo. ¿Qué se habrá logrado entonces cuando se agoten los plazos y los presupuestos? Pues nada! Bueno, perdón, nada no! La verdad es que no nos podemos engañar a nosotros mismos. Vamos a ser sensatos. La realidad está ahí y se muestra por sí misma: Cuando todos estos proyectos montados en la falacia concluyan, volveremos a nuestra situación inicial y tornaremos a los índices porcentuales de paro de antes, agravados con los que se hayan sumado al carro desde entonces hasta ahora. Porque todo lo que se ha hecho no me parece el procedimiento definitivo y más adecuado para solucionar al problema creciente del desempleo en España y, por ende, en Algeciras. Y además, en la mayoría de los casos, el dinero invertido se habrá tirado prácticamente a la basura, porque se habrá usado en desmontar y volver a montar lo que previamente ya estaba realizado. ¿Y cómo se ha conseguido? Muy fácil: con el dinero depositado en las arcas del estado que hoy por hoy administra el partido en el poder. Y es que parece que el dinero no es de nadie. Más bien, como dice el rapsoda, el dinero es del tiempo. Sí, el tiempo que tardan los diferentes órganos ejecutivos, locales o estatales, en embargar mi vivienda o mi nómina si no estoy religiosamente al día en mis obligaciones tributarias. No señores. El dinero es de los vecinos, de los andaluces y en definitiva de todos los españoles. Y serán todos estos ciudadanos los que, en su momento, exijan a los gobernantes criterios de eficacia y eficiencia en la gestión administrativa. Y si no, díganme Vds. qué fue del dinero que se invirtió en la instalación de esos famosos maceteros que parecían coches de choque? Esa remodelación fue muy reciente y supongo que bastante cara. Pero claro, como había que seguirle la jugada al gobierno con el “Fondo de Inversión Local”, todo eso se fue al garete, y hala! a poner patas arriba de nuevo a la calle Ancha. Centrémonos ahora en lo que, a nivel local, personalmente nos atañe y nos ocupa. ¿Qué se está haciendo en Algeciras?. Y para responder a esta pregunta lo mejor es darse una vuelva por la ciudad.

Esta foto fue tomada el día 8 de Noviembre, cuando hacía varios meses, desde el mes de Julio, que se estaba trabajando en la supuesta remodelación de esta céntrica vía algecireña. Ya en esa fecha eran múltiples las quejas de los comerciantes. Personalmente, mientras hacía las fotos, estuve entrevistando a varios de ellos, y todos coincidían en lo mismo: Falta de planificación, muy pocos obreros trabajando, múltiples molestias a los ciudadanos, pérdidas en las ventas en torno a un 50%, necesidad de despedir a parte de la plantilla… Y sobre todo, la falta de compromiso por parte del Ayuntamiento que prometió paralizar las obras a partir del día 18 para facilitar la venta a los comercios en la campaña de Navidad.


Esta foto la hice precisamente el pasado miércoles día 6 y fíjense el aspecto que aún presentaba la calle Ancha.

Y esta instantánea la tomé exactamente ayer, mientras me dirigía a hacer un reportaje en el parque María Cristina. Es increíble que, desde el mes de Julio, todavía no se haya concluido y que estemos soportando a diario polvo, ruidos y constantes molestias. Pero es que además, por otra parte, en los tramos ya terminados, existen otras contrariedades que también han denunciado los ciudadanos.
Y es que no sé que tipo de baldosas se han utilizado, que, nada más colocarlas, empiezan a acumular bastante suciedad, por lo que la calle presenta indisolublemente un aspecto envejecido, mugriento, sucio e indecoroso. Yo me pregunto si todo este dinero no se pudiera haber empleado en otros menesteres o fines más apropiados y necesarios.
Por ejemplo construir unos servicios en el Llano Amarillo, a la altura del “Pollo Caporal”, para que mi querido Helmut pueda hacer sus necesidades. Porque es insoportable deambular por esa zona, sobre todo cuando sopla nuestro inseparable viento de levante. Yo a Helmut lo conozco hace muchos años. Concretamente desde el 75. Y lo recuerdo permanentemente limpiando la zona de la desembocadura del río. Ahora el hombre ya ha envejecido y busca zonas más apacibles y abrigadas donde guarecerse. Pero siempre lo veo recogiendo papeles y adecentando el entorno donde se desenvuelve habitualmente.
Siguiendo con mi habitual entrega de flores a personas destacadas, y ya concluyo, este cestillo de claveles se lo concedo a la encantadora Irene que me facilitó la labor de reportero gráfico para que pudiera hacer las fotos desde el balcón de su tienda. Para ti, amable Irene. Porque, si bonito tienes el nombre, más linda y dulce tienes la cara. Manolo Argumedo.

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