martes, 1 de diciembre de 2009

Temporal de Poniente

EL SACRISTÁN DE SANTA ANA


Queridos parroquianos:
Aunque preocupado por la incertidumbre de los resultados y bastante mosqueado por el pedazo de temporal de poniente con el que me encontré, el jueves pasado fue un día, que podría calificar como redondo para mí.
Si digo lo de preocupado, es porque me tuve que desplazar a la Residencia Puerta del Mar de Cádiz para hacerle una resonancia nuclear a mi nuevo nieto, que tan sólo cuenta con un mes de vida.
Pero sobre este tema, y sobre la frialdad e indiferencia de la administración y algunos profesionales del hospital, ya comentaré algo en otra ocasión.
Si digo lo de redondo es porque tuve la suerte y la ocasión de ver, saludar y compartir unos instantes con dos entrañables personajes:
Por un lado, darle un abrazo a mi querido y admirado Juan Cejudo, y por otro lado, ajustarle las cuentas a mi insigne y no menos querido párroco Luis Suárez. Sí señor! El mismísimo “Eugenio”! El auténtico, incombustible, ritual, paradigmático, modelo, ejemplar y prototipo “tocapelotas” en persona!
En cuanto a Juan, y corroborando la impresión manifestada por Guillermo, tengo que confesar que lo encontré con muy buen semblante. Tenía un aspecto jovial y saludable.
Mantuvo constantemente una actitud afable y cordial, mientras me contaba a media voz lo mal que lo había pasado y el largo y lento proceso de recuperación que, según los médicos, aún le queda.
Con la bondad y ternura que la caracteriza, Manoli, a pesar de los duros y malos momentos por los que está y ha tenido que estar pasando, estuvo complaciente y simpática en todo momento. Manoli debe ser una de esas personas abnegadas y reconfortantes que a uno le gustaría tener a su lado cuando aparecen las contrariedades, o en momentos de desaliento, desdicha o adversidad.
Fue simpático el hecho de que, nada más verme, me dijo: Yo no te conozco, pero tú eres Argumedo. Supongo que debe ser una visitadora asidua de nuestro blog y que me reconoció por la fotografía.
Así que Juan y Manoli, con todo mi cariño, os deseo una rápida y total recuperación, para que todo vuelva a la normalidad y pronto podáis estar en vuestra casa con los que os quieren y con los que sé que amáis. Un beso y un abrazo para ambos, también para Mª Ángeles y su marido y en especial para la tierna y entrañable Daniela.
En cuanto al carota de mi párroco, (perdón, a ver si me explico: lo de carota no lo digo porque tenga o pueda tener la cara más o menos dura, que también. No! Faltaría más. Es que, tanto él, como yo también, estamos sumidos en tal grado de alopecia, que la cara nos llega hasta la coronilla. O dicho de otra manera, que descuidadamente nos estamos dejando la frente.)
Decía que, después de 43 años, tuve la suerte y sentí la alegría de poderle dar un fuerte abrazo, mientras compartíamos unos calentitos y crujientes churritos acompañados de café con leche.
Como es habitual, repasamos y recordamos con nostalgia tiempos pasados, y, sobre todo yo, le pregunté por antiguos compañeros que quedaron atrás cuando me trasladé a Algeciras.
Fueron instantes cortos pero intensos y hasta simpáticos. Recuerdo que le referí un comentario que le oí a uno de los camareros mientras espera su llegada.
Este camarero decía, con la gracia y el desparpajo característicos de los gaditanos, que, con motivo de la visita que recientemente hizo a Egipto nuestro Presidente, estuvo visitando el Museo De Arte Faraónico de El Cairo, acompañado de la Vicepresidenta 1ª del Gobierno, Doña Mª Teresa Fernández de la Verja.
Y contaba que, al salir del museo, se le acercó un guardia de seguridad y le dijo tajantemente: Vd. puede salir, pero la momia la tiene que dejar dentro.
Qué arte!, Pa revolcarse.
Y poco más. Yo me marché al hospital a ver cómo iba el tema de mi nieto, con ganas de haber quedado más tarde para tomarme unas cañas y unas tapas de pulpitos o pulpitas aliñados.
Hoy retomo el reparto habitual de flores y en esta ocasión se la ofrezco a Manoli para que siga cuidando con la misma abnegación y cariño a nuestro querido Juan. Adjunto al mismo tiempo algunas fotos del evento.
Manolo Argumedo.

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