viernes, 10 de octubre de 2008

EL LOCO DE LA SALINA

A VER SI NOS ACLARAMOS

Tengo un lío en el coco que no me aclaro. El que comparte habitación conmigo en el manicomio es un picado de la astronomía y siempre tiene volando la imaginación.
El otro día me dijo que nosotros, los humanos, funcionamos de una forma muy rara y que hemos echado a perder la realidad a base de decir pamplinas.
Afirma con rotundidad que en el espacio exterior no existen los conceptos de arriba y abajo por mucho que se empeñen los dibujitos animados con tanto detrás-delante, cerca-lejos, arriba-abajo. Y pone un ejemplo para ilustrar su idea. Si uno mira hacia arriba por la noche puede ver la Luna en todo lo alto, pero si uno estuviera en la Luna, satélite que aquí frecuentamos por razones obvias, vería la Tierra también arriba. Para volverse loco. Dice que en el espacio todo es relativo y que todo depende de donde te coloques, con lo difícil que es buscar un trabajo.
Llevo varias semanas dando vueltas por el patio masticando esa idea y ya comienzo a poner cierto orden en mis escasas células grises. Por resumir he llegado a la conclusión de que, si no existe el arriba ni el abajo, tampoco debe existir la izquierda ni la derecha. Por supuesto que el centro se va directamente al agujero negro del cielo, que debe ser algo así como el culo del universo. Entonces me pregunto: ¿Puede decir alguien alegremente que es de izquierdas o de derechas? Evidentemente y, según mi amigo, puede decirlo, pero no respondería a la cruda realidad.

La verdad es que yo tengo amigos fuera de este manicomio que se atribuyen el ser de izquierdas o de derechas, porque el papel del carnet lo aguanta todo y la lengua es capaz de muchas cosas, sin especificar. Dentro de mis pocas luces me parece que se puede ser presentable o impresentable independientemente de que se esté a la izquierda o a la derecha. ¿Estaba el buen ladrón a la derecha o a la izquierda de Cristo? Depende. Para Cristo estaría a la derecha, pero para el que mira la estampita seguro que está a la izquierda. Sin embargo muchos están empeñados en que se distinga quién es de izquierdas o de derechas y cuanto más empeño ponen más me lío yo.
Unos defienden que los que están a la izquierda son progresistas y los de la derecha son conservadores. Esto no lo acabo de entender, porque todo el que progresa tiende a conservar lo que consigue y todo el que conserva algo es porque le sirve para progresar. Hasta el más tonto del pueblo, aunque se diga de izquierdas, tiene en la despensa de su cocina unas cuantas latas de conserva que no regala ni a tiros.
Otros dicen que la izquierda es pobre y que la derecha es rica. Pregunto: Y el que dice que es izquierdas toda la vida de Dios y de golpe le toca el Euromillón ¿de dónde es después del pelotazo? Otros dicen que la izquierda es honrada (la verdad es que cada vez lo dice menos gente) y que la derecha se lleva bien todo lo que haya que llevarse. La honradez no es de quienes se la atribuyen por la cara. Creo que para ser un chufla, un miserable o un cantamañanas lo mismo da que uno sea de izquierdas o de derechas. Algunos se presentan como presuntos revolucionarios o como salvadores de la tradición y ponen en ello más saliva que ejemplo. En fin, que Dios los cría y ellos se juntan, pero a mí me están volviendo majara del todo.

Por eso ya lo tengo claro. Cuando alguien me diga que es de izquierdas o de derechas, le voy a preguntar si ha ido alguna vez a la Luna. Aunque, si no hay izquierda ni derecha, tampoco debería hacerse la distinción entre locos y cuerdos, por lo que pido que me dejen salir ya de este manicomio y que metan aquí dentro a perpetuidad a unos cuantos que yo me sé y ellos también.

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