jueves, 18 de junio de 2009

Una reflexión sobre la seriedad al escribir y pensar. José Antonio Carmona

Me he encontrado en el blog unos escritos sobre el paradigma, que aunque no me citan por el nombre, sí lo hace indirectamente, pues cuanto dice está en consonancia con mi último artículo y parecen referirse (ridiculizando) constantemente a lo que digo en él.

Todo el mundo tiene el derecho de pensar y de decir lo que crea que ha de pensar y decir. Otra cosa en la que no solemos caer es que no todos los pensamientos tienen la misma validez, pues una vez se ha demostrado por el consenso comunal de los que llegaron a la misma experiencia o a los mismos datos con los mismos medios, lo consensuado adquiere valor de verdad en el campo de que se trate: experiencias sensibles, mentales o contemplativas. Y el valor de la verdad no es el de la hipótesis y menos el de la chorrada.

Si alguien, pues, quiere tratar un tema en “cachondeo” es muy libre de hacerlo, pero quiero referirme a algo concreto con lo que no estoy de acuerdo.

1º En que “lo que se dice en “cachondeo” y lo que se dice en serio sean las mismas chorradas, que no se las cree ni el que las escribe”. Con esta afirmación se desmorona toda posibilidad de encontrar alguna vez la verdad, puesto que todas las cosas serán chorradas, y por lo tanto lo mismo dará siempre una cosa que otra (error que verdad, certeza que duda, avance que involución...).

O lo que es lo mismo que lo único absoluto será el “cachondeo”, todo lo demás, trátese de lo que se trate, pues se ha de “cachondear uno de todo” no serán más que chorradas (imbecilidades, estupideces).

Así todo lo conseguido en la evolución de la conciencia en miles de millones de años en ciencias, tecnologías, sociología, medicina, psicología, filosofía...(digo miles de millones de años, pues pienso que la conciencia es otro nombre del Absoluto eterno que también se manifiesta en el tiempo desde el inicio) no tiene valor absoluto alguno. Todo chorradas.

2º En que este “cachondeo” sea un mofarse de otro, aunque se haga de forma indirecta. Pese a todo lo que se pueda decir, creo que el respeto (re.spectare; mirar al otro como yo que es) es un valor, no una chorrada. Y no es lo mismo valor que chorrada, aunque alguien los quiera identificar. Es tremenda esta tendencia de la ¿cultura? dominante de igualarlo todo por el nivel más ínfimo, más hortera, más vulgar... ¿Todo chorradas?

José A. Carmona

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