viernes, 5 de junio de 2009

Política interactiva

.
José Antonio Hernández Guerrero

A los amigos que, saturados ya de tanta política, decidan no leer este artículo hasta el final, les adelanto mi propuesta: que voten mañana domingo. Les sugiero que, con independencia del partido que apoyen e, incluso, aunque prefieran depositar la papeleta en blanco, que voten con el fin de dejar claro que, por ser ciudadanos, todos nosotros somos los propietarios y los responsables de ese poder que delegamos para que ellos nos representen. Con nuestro voto hemos de transmitirles a los políticos un mensaje claro: que nuestra cuota de poder sólo se la prestamos de una manera provisional, que nuestro encargo consiste en que interpreten adecuadamente nuestras demandas, que respeten escrupulosamente nuestra voluntad, que cumplan sus promesas y que, por supuesto, después, nos rindan cuentas.

Es urgente enviarles el recado de que tienen que comportarse, no como jerarcas, sino como mandatarios, o sea, como mandaderos, como personas a las que les encomendamos un servicio, una misión de la que nos tienen que responder. Ellos son nuestros servidores, unos simples administradores de nuestros poderes, no los dueños.

De la misma manera que en los periódicos, en la radio y en la televisión, cada vez más los protagonistas somos los lectores, los oyentes o los telespectadores, en la política los ciudadanos debemos aprovechar todos los resquicios para intervenir de una manera más libre, más activa y más directa. La fuerza de los políticos para mover el barco en el que todos navegamos en una determinada dirección no les viene del cielo, pero tampoco se la proporcionan los bancos, los medios de comunicación, los científicos, los artistas o los intelectuales, sino las voluntades de la mayoría de ciudadanos que, como es sabido, no tenemos más remedio que unir nuestras fuerzas para cubrir esas necesidades del cuerpo y del espíritu que sólo se pueden atender mediante la colaboración solidaria de todos.

Si los políticos, por muy agnósticos que sean, se creen investidos de poderes sobrenaturales es, sobre todo, porque nosotros, con nuestras actitudes devotas, contribuimos a elevarlos a los altares o, quizás, a las nubes. Por eso adoptan esas poses tan cómicas, tan patéticas y tan ridículas. Por eso están tan preocupados por perder el poder, por eso se insultan recíprocamente, por eso se sienten vejados cuando les decimos que dependen de nosotros.

Éstas son algunas de las claves que, a mi juicio, explican la virulencia con la que se han arañado y lanzado dentelladas en esta campaña electoral en la que se nos han mostrado como muñecos llenos de pasiones, en vez de proporcionarnos argumentos y de ofrecernos explicaciones de sus respectivos programas. Es una pena que no hayan aprovechado los debates, los mítines y las declaraciones para, haciendo un ejercicio de pedagogía, explicarnos cómo nos afecta Europa y lo mucho que nos jugamos en las elecciones europeas como, por ejemplo, el futuro de la agricultura, de la ganadería y de la pesca, el problema de los cítricos, de la leche o de la madera, del medio ambiente o del desarrollo de la industria tecnológica. Es lamentable que, en plena crisis económica, los grandes partidos hayan gastado sus energías y su imaginación para lanzar densas cortinas de humo en vez de ofrecer fórmulas para lograr un equilibrio estable entre la eficiencia económica y la solidaridad social, entre el culto a nuestras raíces y la trascendencia de las fronteras. Creo que votar es la mejor manera de, al menos, paliar el efecto aletargante de esta sobredosis de insultos.
.

1 comentario:

luiyi dijo...

Amigo José Antonio, después de leer esto -y después de aplaudir un rato, aquí sólo, en mi escritorio- no tengo más remedio que hacerte ver que los puntos 3.1.4 y 3.3 del libro de Los Caballeros, son temas que tú debes responder.
Y no vale hacerse el sueco.
Un abrazo
Luiyi

Sortear la vejez y vivir la ancianidad

José Antonio Hernández Guerrero El comienzo de un nuevo año es –puede ser- otra nueva oportunidad para que re-novemos nuestr...