miércoles, 20 de abril de 2011

¡Un BOP, un comic!

Ayer me puse a pensar. A todo el mundo le pasa eso algunas veces, bueno a mí poco, pero a todos nos pasa. Y es una costumbre insana ya que se le pueden ocurrir a uno ideas no ya peregrinas sino compostelanas y que le dejan a uno como traspuesto durante varios días.
Pues verás: esta vez me he puesto a conjugar tres variables que han saltado estos días a la palestra de los medios comunicativos. Por una parte todos sabemos que en este país la gente no lee. Utilizando, con perdón, los tópicos sobre la materia, recordaremos que en este país hay más escritores que lectores, los niños no leen nipadios, lo jóvenes, ni de coña, y los carrozas, hasta que no se terminen entera la enciclopedia que compraron hace quince años, no vuelven a comprar otro libro. Fíjate cómo será que ayer llevé el coche al taller y, como me dijeron que tardarían dos horas, me llevé “Riña de gatos” porque no tenía ganas de coger el autobús para ir, mientras, a ningún aparte. Por lo visto me llamó un par de veces el jefetaller y yo no me enteraba absorbido (absorto no, absorbido) como estaba por las peripecias de Anthony Whitelands. Cuando, por fin, consiguió mi atención, se me quedó mirando y me dijo con cara de envidia: ¡Qué bonito tiene que ser leer. Yo lo intenté una vez y no había forma!
Como dice mi tocayo: pues eso.
Por otra parte no sé si sabréis que hoy día os pueden poner una multa en carretera sin que os deis cuenta. Por ejemplo, yo cojo el coche para ir a Paterna a ver a Justo Fajardo y al rebasar Alcalá, me echan una foto por ir a 90 donde dice a 80, y no te das cuenta porque ahora no salta el flash, debe ser que las máquinas son más finas. A los dos años, cuando ya no te acuerdas que fuiste a Paterna y Justo tiene un par de nietos más, te llega un embargo a la cuenta del banco por 120 euros. Noventa de la multa, diez de recargo y diez de apremio y te coge desprevenido porque te mandaron un aviso, pero no te llegó porque pusieron mal la dirección, o el cartero estaba ese día cabreado. Lo digo porque me ha pasado a mí. Le dije al policía: ¡Pero eso no puede ser! Por lo menos me tenéis que informar! Y me dice: “Ya no es obligatorio, usted tiene que leer el Boletín Oficial de la Provincia y ahí viene. Y yo le dije “Pero eso no lo lee nadie”  y me contestó “Ya lo sé, no lo leo ni yo, pero publicándolo ahí, usted está oficialmente informado”. O sea, que hay que leer todos los días el BOP.
Por una tercera parte, y termino, hace poco ha tenido lugar un “evento” ( de los que tanto gusta mi  anteriormente citado tocayo), no me acuerdo en qué localidad, de amantes del comic donde se han dado cita miles de jóvenes entusiasmados.
Mi cabecita se puso a pensar -por eso te digo que no es bueno-, y he llegado a la siguiente conclusión: ¡Lo que hay que hacer es editar el Boletín Provincial en comic! A todo color. Nosotros no lo leeremos, pero el nieto de turno nos avisará: “Abu, dos multas más”. Yo creo que podríamos hacer una manifestación en la puerta de la Junta reclamando: ¡Un Boletín, un comic!
El que pone las multas, en el comic, podría ser Hulk por su color verde. El que va en el helicóptero para hacer las fotos comprometidas, podría ser el Inspector Gadget; los consejeros podrían ser los cuatro superhéroes acompañados del Capitán Trueno y Cia.; yo, que salgo por lo de la multa, podría ser el dragón Fin Fang Foom; mi amigo Carmona –por si le ponen una multa-, Gandalf el mago del Señor de los Anillos; Ernesto Caldelas, Panoramix el  Druida de Asterix; Luis Suarez, Avatar, el nativo y Justo Fajardo, el capitán Nemo. En fin, algo legible para este país. Así nos evitaríamos el recargo y el apremio.
Luiyi


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