viernes, 24 de julio de 2009

Carta abierta al Iltmo. Sr. Alcalde de Algeciras.

Iltmo. Sr. Alcalde

Permítame, Sr. Alcalde, con todos los respetos, que le dé mi opinión personal y, al mismo tiempo, le traslade la opinión generalizada de la mayoría de los ciudadanos, en relación con la implantación de los nuevos horarios y trayectos en la línea de autobuses urbanos.
Durante muchos años, los algecireños hemos venido sufriendo el pésimo servicio que, con su consentimiento, la empresa C.T.M. ha venido dando en esta localidad con las líneas urbanas de autobuses.
Hemos tenido que soportar vehículos viejos, [en algunos casos, desechos de otras poblaciones], destrozados por dentro y que se averiaban constantemente.
Unido a su deplorable estado, había que sumarle el hecho de que técnicamente era imposible que una unidad, concretamente la del Rinconcillo, pudiera realizar el recorrido en los 30 minutos que tenía asignados. Y, como consecuencia de ello, irremisiblemente, se producían numerosísimas demoras.
Pero además había que añadir, que a los factores técnicos de mala conservación y problemas de tráfico, se le unía el factor humano.
Porque yo he vivido, he sufrido y he visto cómo en más de una ocasión, los mismos retrasos han provocado que dos autobuses coincidieran en su recorrido. Y en vez de esperar el segundo media hora para corregir el desajuste horario, ha proseguido su marcha detrás del primero.
Lógicamente, el resultado inmediato era, cómo mínimo, una hora de retraso.
Podría ocupar varias decenas de folios la descripción de los múltiples atropellos y anomalías que los algecireños hemos venido sufriendo en nuestras carnes durante tanto tiempo, como por ejemplo, la mala educación de algunos conductores.
He aquí, que de pronto, aparecen 21 nuevas unidades para cubrir las líneas de Algeciras.
Parecía un sueño irrealizable que, casi sin darnos cuenta, y después de más de un año de promesas, surgió de la nada. No me lo podía creer.
Pero la cruda realidad, desvaneció mis ilusiones y muy pronto nos dimos cuentas, que todo, no sólo seguía estando tan mal como antes, sino que además era mucho peor.
No sé qué mentes privilegiadas han intervenido en la elaboración de los horarios y en el ajuste de las líneas. Pero se han lucido. La cagada ha sido enorme!
Es cierto que los autobuses siguen siendo nuevos y que todos, aunque los asientos siguen estando igual de duros, tienen aire acondicionado.
Pero Don Tomás, lo que quiero, lo que pretende el empleado que va a trabajar, lo que desea el ama de casa que se desplaza al mercado a hacer la compra, es PUNTUALIDAD.
Mi vecina Pepi, o mi amigo Carlos, no pueden permitirse el lujo de esperar 45 minutos a que pase el autobús, o aguantarse una hora y cuarto en el terminal del puerto, o en la parada del Parque, como me ha pasado a mí más de una vez, para volver a casa.
Porque mi amigo tiene que llegar puntual a su trabajo y a su jefe no le vale con que le diga que los autobuses vienen con retraso. El jefe le dirá que coja el anterior, y él le contestará: No, es que también han suprimido el que antes salía a las seis de la mañana y hasta las siete no sale el primero.
A propósito del autobús que sale a las siete: A diario, pasa por delante de la Iglesia del Rinconcillo, a las 07,05, con destino a la parada inicial. Con lo que, de entrada, empieza su recorrido con 10 minutos de retraso.
Porque mi amiga Pepi, no está en el Rinconcillo de vacaciones. Ella, primero, tiene que hacer las camas, dar el desayuno a sus hijos, barrer, pasar la fregona y dejar la casa digna y aseada antes de irse al mercado a hacer la compra.
Y cuando termina de pelearse con el carnicero, el frutero o el pescadero para conseguir lo mejor para su familia y al mejor precio para poder llegar a fin de mes, no puede permitirse el lujo de esperar durante más de una hora a que pase su autobús para volver a su casa y tener la comida lista para cuando llegue su marido. Y mucho menos gastarse 5 o 6 euros en un taxi.
Sí, Sr. Alcalde, el descontento es general. No se tape los ojos. Es cuestión de acercarse a las paradas y oír a la gente. Mézclese con el pueblo y oiga sus problemas. Entonces conseguirá entender cuál el es el mejor método político para conseguir que todos tengamos una ciudad digna que merezcamos todos los algecireños.
No nos merecemos que se rían de nosotros en nuestras propias narices. Nos tapan la boca con autobuses nuevos, pero resulta que el servicio es pésimo y mucho más lento.
Hace dos o tres años pusieron una unidad más en el Rinconcillo, modificando las horas de salida, de manera que, en vez de media hora, el autobús pudiera realizar el desplazamiento en 45 minutos. Paralelamente pusieron dos vehículos más que pasaban por San José Artesano y llegaban hasta la rotonda de Brígida. Posteriormente se suprimieron estas modificaciones, con lo que volvimos a los mismos retrasos e inconvenientes.
Pues bien, en la actualidad, es cierto que se ha aumentado a tres el número de vehículos y que se ha restablecido el servicio de San José Artesano.
Pero, ojo, el autobús ya no llega hasta el puerto y después retorna. No!. Ahora sigue hasta la iglesia de San García y vuelve. No hay que ser ningún genio para entender que a desplazamientos más largos corresponden mayores demoras.
¿Cuánto tiempo necesita, Don Tomás, para darse cuenta que es imposible que ese recorrido se haga en 45 minutos? Y es que hasta los mismos chóferes lo reconocen. En cuanto al servicio de San José Artesano, solamente hay un autobús que pretenden que haga la ruta en tan sólo 20 minutos. Demencial!
Miré, el viernes, estuve desde las diez y media hasta las doce menos cuarto esperando a que llegara. Y ya desesperado, me decidí, con dolor de mi corazón, a coger un taxi.
Estuve llamando al teléfono de atención al cliente y no pude hablar con nadie, porque me salía la insoportable cantinela de “si quiere esto marque 1, si quiere lo otro, marque 2, etc.” Y cuando ya, por fin, pude coger línea, me sale un contestador automático para que dejara un mensaje.
Evidentemente colgué y no dejé ningún mensaje, porque mi educación me impidió expresar lo que, de buena gana, hubiera querido decir.
Por favor, no se rían más de nosotros.
Acérquese! Acérquese a las paradas. Súbase a los autobuses y oiga el comentario de la gente.
El comentario más apacible es “Esto es una poca vergüenza!”, o “no hay derecho que nos hagan esperar más de una hora!”
Esta mañana oía quejarse a un hombre que tenía que bajar de la barriada de la Granja hasta la parada del autobús del Rinconcillo, porque, si no lo hacía así, iba a llegar tarde.
Sería demasiado grosero reproducir en este escrito lo que salía por su boca.
Por otra parte, ¿qué hace un autobús de la Piñera en la plaza Alta? ¿Es que los que vivimos en otras barriadas no tenemos derecho a que nos lleven a la plaza Alta? ¿No es esto un agravio comparativo?
Y lo más vergonzante, es que, encima, vd. esté financiando a esta empresa con dinero de todos los algecireños.
Cuando perdió las elecciones, mi amigo Antonio Patricio se lamentaba diciendo “Hay que ver, con lo que yo he hecho por Algeciras, y así me lo pagan”
Sí. Es cierto, Antonio. Hiciste mucho por Algeciras, pero te olvidaste de estas y otras muchas menudencias que lleva en la mente el algecireño a la hora de votar.
Quizá te olvidaste también que muchísimos algecireños queremos una Andalucía unida y fuerte que nos represente a todos en el contexto nacional y no tengamos que conformarnos con las migajas que el gobierno de turno nos quiera dar.
Pero tú te empecinaste en desmembrar nuestra provincia en reinos de taifas, con nefastos, excluyentes y erróneos aires nacionalistas, emulando a tu admirado Almanzor, [por cierto,el sanguinario y asesino más grande y devastador que ha conocido nuestra ciudad].
Ahí lo tienes, presidiendo la principal arteria de acceso al centro de Algeciras.
Perdone el inciso. Siguiendo con el hilo y principal argumento de mi escrito, le diré, para concluir, que, ocupado por los múltiples problemas que asolan nuestra ciudad, a lo mejor aún no se ha percatado que el servicio de autobuses no es algo opcional que está a disposición del pueblo para cuando quiera usarlo como algo recreativo o para dar un paseo por otras barriadas.
No, Sr. Alcalde. Es una necesidad ineludible, inexcusable e innegable. El 90% de los residentes del Rinconcillo no estamos de vacaciones. Y necesitamos, reivindicamos y exigimos que, como mínimo, haya puntualmente un autobús cada media hora.
Sin más, aprovecho la ocasión para saludarle respetuosa y afectuosamente.
Fdo. Manuel Argumedo del Olmo
31.179.406P

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