viernes, 6 de octubre de 2017

AMATORES IN SITU



En el obituario que Javier Sádaba ha escrito por la muerte de Jesús Mosterín dice que el filósofo fallecido miró siempre al Derecho de reojo pues lo tomaba como un conjunto de reglas útiles y nada más. Frente a esa apreciación sensata del racionalista desaparecido se alza  la elevación al Sinaí de la Constitución de 1978 que se repite machacona y, en rueda, sistemáticamente por políticos inanes en neuronas activas,  demostrada su catatonia imaginativa por no haber actuado en los últimos meses salvo para mirar al monte de las tablas de la Ley cual adoradores del tronante Jehová.

Cierto es que el Estado tiene recursos para doblegar a los partidarios de la independencia de Cataluña. Puede suspender la autonomía, procesar a las actuales autoridades y a electos del Parlament, embargar sus cuentas, adoptar decisiones sobre el control y mando de los Mossos d’Escuadra, suspender de empleo y sueldo a los rebeldes, hacer perder sus carreras a funcionarios, maestros y profesores de universidad, declarar el estado de sitio, llenar las esquinas de patrullas policiales nacionales o de guardias civiles, establecer pelotones militares como en Francia. Todo eso se puede hacer. Y más. Intervenir cuentas, asfixiar las haciendas locales, controlar las cuentas bancarias, procesar a los caballeros del tres por ciento y a los cuentacorrentistas y depositarios de los bancos andorranos acusados de blanqueo de capitales y de evasión de los mismos, de ser autores o cómplices de delitos fiscales. Todo eso se puede hacer.

Puede restaurar así el orden constitucional y silenciar las voces de autoridades y políticos en defensa de la declaración de independencia. Puede conseguir que representantes parlamentarios de CUT, de ERC  y los sucesores de los Pujol, del los Más, de los Millet pasen al paro.

Puede resistir meses y meses con huelgas estudiantiles en las calles y soportar que vándalos antisistema arrasen escaparates y tiendas y quemen contenedores. Puede soportar trenes parados y retrasos en Urquinaona y Sans. Puede reducir que el Barça se niegue a jugar uno o dos años. Todo eso lo puede controlar, soportar y sumarlo a su política a título de inventario. Y considerar lerdamente que logra restituir el orden constitucional.

Puede conseguir que en regiones españolas voten al PP y aclamen a SM Felipe VI cuando visite escuelas, hospitales y asista a conciertos. Todo eso lo puede conseguir, soportar y superar.

Pero los AMATORES IN SITU, los hijos de Cataluña, los inmigrantes en Cataluña, los que viven y tienen casa y novias y abuelas y tías en Girona, en el Ampurdán, en Lleida, en el Penedés , en La Diagonal, en l’Hospitalet, aborrecerán a los guardias civiles, a los policías nacionales de Extremadura, de Guadalajara, de Huelva y de la Sierra de los Filabres. Odiarán, al bailar sardanas o contemplar castellets, a los políticos de la derecha española, a los socialistas, a los de ciudadanos y a los de Izquierda Unida y Podemos que estarán en el Parlamento del Estado central.

Y al cabo de cuatro o  cinco años serán el doble de los que son ahora  aquellos ciudadanos que amen la independencia de Cataluña, que deseen separarse, que maldigan la Marcha Real y la Bandera roja y gualda. Y entonces, en nada de tiempo, la Constitución de 1978, obsoleta, envejecida, alzeimerizada, acabada, dará paso a una República Federal y SM el Rey tan seguro anteanoche, tan serio, tan acusador, tan adorado por el PP y coreado por socialistas, ciudadanos y otros españoles enfervorizados y afines, abordará un barco en Cartagena, o un avión en Torrejón para ir a vivir a Ginebra, a Hamburgo, a Essex, a New Jersey y dará clases como Obama y conferencias como Cárter u Holande. Pero no será por siempre jamás rey de esta tierra que ha soportado toda clase de tropelías y befas de sus antecesores, lejanos y cercanos. Y con él el clero que suspira por el cardenal Gomá y que gime como el obispo de Córdoba por la patria en peligro pasarán a la historia de este país como el cardenal Mendoza que tuvo 34 hijos naturales y al que es menester levantar un monumento a su potencia sexual, ahora que la Santa Sede ha descubierto que los sacerdotes que tienen hijos están obligados a cuidarlos. Y con ellos la abundante mediocridad de delegados territoriales, subdelegados del gobierno, consejeros, viceconsejeros, ministros, ministriles, jefes de gabinete, asesores, subasesores, y así hasta los miles de paniaguados, la mayoría sin oficio ni beneficio y sin haber dado un palo al agua del aumento productivo español, que repiten sin cesar que por encima de la Ley no hay salvación.

El sábado es para el hombre. Solo el hombre, cada hombre, sea castellano o catalán, es señor del sábado.

Alberto Revuelta

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que usted y nosotrs lo veamos.Que muchos lo vean. Que tambien lo vea la señora baronesa.

Anónimo dijo...

Y nosoltres.

Anónimo dijo...

Muy bueno, Alberto, lo de 'Amatores in situ' Aunque sigo echando de menos algún otro relato en 'Compañía 19', 'in situ'. Por ejemplo, cuando, de niños, teníamos vacaciones el 1-0, Día del Caudillo.O cuando de jovencitos, vicepresidentes de JOC, nos 'llevavan' a la Cataluña franquista. O de cuando no èramos 'alumnos internos' del Seminario Conciliar de San Bartolmé de Cádiz.
'Amatores in situ', sí.
Pero, 'tempus fugit'.

Anónimo dijo...

'llevaban' de llevar o de 'leva'

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