sábado, 8 de agosto de 2009

LA ORGÍA DE LA TOLERANCIA.


“A fuerza de ser tolerante lo estamos consintiendo todo en los países occidentales. Estamos banalizando los discursos de la extrema derecha, restamos importancia a la hipocresía, minivaloramos las discriminaciones proponiendo un modelo de sociedad hueco y desquiciado.” Jean Fabre. (“La orgía de la tolerancia.”)

En la actualidad, este bailarín de origen belga y coreógrafo, está llevando por los escenarios europeos, un espectáculo donde quiere hacer ver al espectador hasta donde llega la tolerancia en la sociedad que nos ha tocado vivir. Esta obra se ha presentado en el festival francés de Aviñón y es una escenificación bastante convulsa, donde mezcla el poder con la crítica a la política, al sexo y a la violencia. Él basa la obra en la decadencia que encuentra y en la anestesia social que existe en el mundo occidental. Decadencia por la aparición de nuevos becerros de oro y anestesia por el dominio del hedonismo y el materialismo.
La libertad de expresión (Más bien el libertinaje) lleva a que se represente en los medios de comunicación toda clase de imágenes: crímenes, abortos, derramamiento de sangre (gore), actos sexuales, pederastia, cabalgatas de orgía gay, en definitiva todo vale. Es lo que tenemos y oímos decir, que todo está bien, que cada uno puede hacer lo que quiera porque somos libres. El sillón y el televisor del salón son los símbolos más significativos de nuestra pasividad y resignación. Son los elementos más simbólicos del atragantón de imágenes para una gran masa sin capacidad de juicio ni de crítica, porque todo lo ve correcto por la falta de educación y cultura.
Una mayoría de ciudadanos abdican de todo lo que signifique esfuerzo, trabajo o ayuda a los demás. El sofisma es divertirse los máximo posible haciendo dejadez de lo más importante, a cambio de todos los placeres de consumo. Esto beneficia la proliferación de mensajes revolucionarios, terroristas, antisemitas, neonazis, racistas, fanáticos y aberrantes. Al mismo tiempo produce el adormecimiento y el abotorgamiento de las conciencias y deja amplio margen para los discursos de los intolerantes.
¿Hasta donde nos llevará esta situación que no parece tener fin? Porque se palpa un gran cambio en la sociedad que nos va llevando a un callejón sin salida. Aumento de la delincuencia y de la droga, fracaso escolar, falta de escolarización en determinadas barriadas, violaciones de menores, abuso con violencia en los centros de enseñanza y el abandono de la responsabilidad y de la educación en valores por los padres y profesores. ¿Qué sociedad va a prevalecer en un tiempo no muy lejano?
A pesar de todo, no estoy de acuerdo con su espectáculo, ya que viene a caer en lo que tanto critica. Aprovechándose de la libertad de expresión vuelve a representar planos muy reales de sexo y de violencia. Además para Fabre no hay esperanza, no encuentra en la moral o la ética la solución para estos ciudadanos obsesos y alcoholizados desde la minoría de edad.

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