martes, 10 de agosto de 2010

COMPROMISO CON EL RESPETO A NUESTRO PLANETA: Consumo, alimento y agua, recursos y reparto de riquezas, producción, conclusiones.

José Miguel Vicente Pecino

Un artículo como este en el que la perspectiva humanista y solidaria del respeto a nuestro planeta debe ser la conductora del mismo, además de numerosas orientaciones, tiene varios inconvenientes y quizás una sola ventaja. Citemos entre los primeros, que no sirva para nada como la última cumbre de Copenhague, que los sectores llamemos ‘reaccionarios’ lo identifiquen como ‘politizado’, o que se piense que todos están de acuerdo en repartirse el pastel de las mercancías; como ventaja, quiero ser modesto, y pensar que, al menos, sea un toque de atención para gente concienciada y donde las ideologías divergentes den cabida a un diálogo respetuoso, sincero y encaminado a la búsqueda del bien de la sociedad y de su desarrollo cívico.Desgraciadamente debemos partir de una premisa incuestionable y es que el mundo está dividido, por causa de la riqueza, entre Primer Mundo y Tercer Mundo. Los pueblos ricos, por el veloz incremento de su economía burguesa, avalada en ocasiones por éticas católicas-protestantes y la voracidad de riquezas y poder, no parecen muy concienciados por el respeto a nuestro planeta porque de él extraen sus beneficios; tampoco los pueblos pobres, que muy desunidos, no son conscientes, al menos la mayoría, del robo que supuso la época colonial y post-colonial de sus estructuras económicas y de sus derechos ciudadanos, lo que les ha llevado a luchas domésticas que han favorecido a los ricos. A grandes rasgos esta es la situación actual, pero hay causas concretas que particularizan este análisis y las tratamos a continuación.

El consumo: Las estrategias corporativas empresariales de los últimos treinta años han devenido en el más profundo cambio económico de los últimos cien años; ya no es la importancia de las multinacionales una a una, es el modelo económico liberal e imperialista, en su acepción más antigua, que tiene como fin medir el progreso solo a través del crecimiento y de la rentabilidad. Es el sistema basado en el consumismo que a través de la publicidad avasalla e invade los espacios públicos y privados1. El pensador y sociólogo polaco Bauman lo señaló como el paso de la ética del trabajo a la ética del consumo, lo explica en los siguientes términos: “La formación que brinda la sociedad contemporánea a sus miembros está dictada, ante todo, por el deber de cumplir la función del consumidor. En ninguna etapa la sociedad moderna pudo prescindir que sus miembros produjeran cosas para el consumo y, desde luego, en ambos modelos de sociedades se consume. La diferencia entre las dos etapas es solo de énfasis y de prioridades, pero esa transición introdujo diferencias enormes en casi todos los aspectos los aspectos de la sociedad, la cultura y la vida individual”2. El punto hedonista y estético del consumo lo resume la siguiente cita del mismo autor: “La satisfacción del consumidor debe ser instantánea, dicho en doble sentido. Es evidente que el bien consumido debe causar una satisfacción inmediata, sin requerir la adquisición prevista de destrezas ni un trabajo preparatorio prolongado; pero la satisfacción debe terminar enseguida, es decir, apenas pase el tiempo necesario para el consumo. Y ese tiempo se debe reducir al mínimo indispensable”. La idea de una sociedad consumista, feliz y estable, es el sueño americano trasplantado a Europa, Japón y al Sudeste asiático. Pero este y todos los sueños de justicia se quebraran como ha ocurrido en las dos últimas crisis mundiales, la del 1929 y la del 2009. En la que estamos, los tiburones financieros de Wall Street, como Lehman Brothers o los Bancos Madoz y otros, especularon con las riquezas ajenas y la connivencia de gobiernos conservadores americanos y europeos, estos son los causantes de la crisis, en sus manos estamos y son sus artimañas las que hay que borrar del mapa con una nueva manera de hacer política, no hablamos de revoluciones pistoleras, hablamos de un contrapoder encargado de nuevas estrategias sociales, políticas y económicas, pero este es otro capítulo que se está gestando y que llegará.

Alimento y agua: El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) declara:”Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica, y los servicios sociales necesarios…”. Veintiséis años más tarde, en 1974, la primera Conferencia Mundial de la Alimentación afirmaba como objetivo prioritario que “Todos los hombres, mujeres y niños tienen el derecho inalienable a no padecer hambre y malnutrición, a fin de poder desarrollarse plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales”. Según la FAO, “el 40,25 de la población mundial vive en la miseria absoluta, sin renta fija, sin trabajo, sin alimentos suficientes, sin alojamiento adecuado, lo que posibilita la vulnerabilidad médica más atroz”3. Cualquier persona con sentido común como a los que me dirijo, debe avergonzarse al leer estos datos que estoy seguro ya conocía, pero tenemos que ser beligerantes y radicales en seguir trabajando y potenciando cualquier gestión a favor del derecho de todo ser humano a alimentarse en orden a tener una vida digna. Los bienes existen en cantidad suficiente y están destinados para todos, nadie tiene el monopolio de su explotación. Con el dinero que Europa y EEUU gastan en gimnasios y dietas, 20.000 millones de dólares, se podría alfabetizar tres veces a la población del planeta necesitada de este derecho. La realidad es mucho más dramática, más de 160 millones de personas sobreviven al día con menos de un dólar; si se repartiera esta cantidad de dinero que europeos y americanos gastamos en perder el peso que voluntariamente hemos acumulado en ‘comida basura’, se podría implementar bastante la disponibilidad de alimentos sanos y suficientes, y lo que es más importante, se darían las condiciones sociales mínimas para que no anidaran movimientos radicales integristas y religiosos entre este enorme segmento de población. Cuando las personas no pueden desarrollar sus capacidades de dignidad humana y no tienen oportunidades de mejorar, se produce el perverso círculo de la pobreza generación tras generación4.

Agua: Del sentido vital y más estricto de la palabra ‘agua’ no sería necesario escribir, ya que es una realidad innegable su necesidad biológica para cualquier actividad industrial, agrícola y urbana, a la vez que imprescindible para cualquier próspera actividad económica o social. Pero este recurso se convierte en controversia cuando descubrimos que es una demanda humana finita y limitada de la que gran parte de la población mundial no puede disponer.Una vez más nos encontramos con la dicotomía países pobres, países ricos. Entre los primeros, la tierra suele ser extremadamente seca, y dependen de la agricultura en un 80%, resultando una combinación infausta que acaba en tragedia; por el contrario, entre los segundos, embalsan el agua, la malgastan en campos de golf en zonas secas como Andalucía, gastan 700 litros de agua para refinar un barril de petróleo, 200 para producir un litro de Coca-Cola, o 200 en cada lavadora que ponemos; la acción de los gobiernos no soluciona suficientemente la gestión del agua, siempre en manos de intereses económicos, y tienen que ser iniciativas particulares como las de Vicente Ferrer en la India, ONGs, o los Jesuitas en Paraguay, las que mueven a la esperanza por el mejor aprovechamiento de este recurso.Es ejemplar el caso de la India, Anantapur (cerca del desierto de Rajastan) donde la gente se ha concienciado hasta tal punto que el único pozo que hay en cada poblado sólo se usa para que la gente beba, y se potencia hasta límites insospechados el almacenamiento del agua; de improvisados depósitos de agua se riegan muchas hectáreas por goteo, y se está promocionando con microcréditos el empleo de motores con energía de placas solares. Ello ha conducido a una agricultura diversificada y se ha empezado a promover la horticultura sin pesticidas ni fertilizantes, como el mango o el tamarindo. Con esta gestión, los programas más ecológicos no solo son usados por la población campesina sino entre toda la población de castas más bajas, ya que han descubierto que los recursos naturales son los mejores5.

Recursos y reparto de riquezas: El injusto reparto mundial de los recursos y el consumismo del Norte, es el origen del drama del Tercer Mundo. Cambiar el estilo de vida occidental por uno de mayor austeridad es clave para mejorar la dignidad de todos los habitantes del planeta, así evitaremos la profunda desigualdad en el acceso a los recursos existente en el mundo que es fruto del derroche de los mismos en los países llamados “desarrollados”. Esto lleva a la paradoja de que su pobreza es fruto de nuestra riqueza, porque el planeta es un espacio con recursos finitos. Si realmente queremos ayudar a los pueblos que sufren más, es urgente abordar realmente el modelo de desarrollo que provoca esta desigualdad. Nuestro modelo de vida no es sostenible, porque se basa en apropiarnos de recursos básicos (materias primas, energía, alimentos, etc.) de forma derrochadora ante carencias elementales de otros pueblos. Nuestro consumismo está en el origen de esas carencias y no podemos ocultar este hecho. Las sociedades del llamado “primer mundo”, entre las que nos encontramos, deben consumir menos recursos, vivir de forma más austera, renunciar a los derroches de nuestro estilo de vida para lograr que todos los pueblos del mundo tengan dignidad y acceso a un nivel más igualitario de satisfacción de las necesidades.La ONU divulgó un retrato estremecedor del mundo en que vivimos: el documento “The inequality predicament” (La encrucijada de la desigualdad). Somos seis mil trescientos millones de habitantes en esta nave espacial llamada planeta Tierra. Apenas mil millones de ellos, ciudadanos de los países desarrollados, acaparan el 80% de la riqueza mundial 6. En las últimas cuatro décadas la renta per cápita de los países más ricos casi se triplicó. Entre los más pobres sólo creció un 25.94%. Para que se produzcan la anulación de las actuales leyes del mercado, gobernado por compañías transnacionales y que dan origen al más voraz capitalismo, son necesarios una serie de presupuestos, a los que se oponen los gobiernos liberales-conservadores de EEUU Europa y Asia, pero que dados la mayoría de estos corolarios sustituirían a la economía de endeudamiento internacional por un modelo de desarrollo socialmente justo y ecológicamente sostenible, a la vez que se evitarían las dependencias y fluctuaciones de los mercados financieros y de los dictados del FMI y Banco Mundial. Entre estas premisas estarían:- Proceso de devolución a los ciudadanos del Tercer Mundo de lo que les fue robado desde la Colonización hasta ahora. Grandes riquezas ilícitamente acumuladas por gobiernos corruptos y capitalistas locales, han sido colocadas en los países más industrializados, ello fue y es posible gracias a la complicidad de instituciones financieras privadas, locales y mundiales, más la complacencia de terceros países beneficiados.Tal restitución implicaría la apertura de procesos legales en los países del Tercer Mundo y en los países más industrializados. Dichas investigaciones se llevarían a cabo con la ratificación del Tratado de Roma y la plena voluntad y cooperación internacional, ya que desde 1991 la sustracción fraudulenta de los bienes públicos de países es considerada como violación de los Derechos del Hombre.- Anulación de la deuda externa. Conocida con el término ‘odiosa deuda’, se trata de enormes pasivos contraídos por los Estados en contra de los intereses de la población local y que jurídicamente son ilegítimos. Esta teoría expuesta por primera vez por Alexander Sack7 preconiza que “si un poder despótico contrae una deuda, no según las necesidades e intereses del Estado, sino para fortificar su régimen despótico, para reprimir la población a la población que lo combate, esta deuda es odiosa para la totalidad de la población del Estado. Esta deuda no es obligatoria para la nación: es una deuda del régimen, deuda personal del poder que la ha contraído, por consecuencia ella cae con la caída de ese poder”.- Actuación sobre el comercio. El comercio desigual que existe entre los países más industrializados y los países del Tercer Mundo constituye una de las causas fundamentales de la dependencia económica de éstos últimos, a la vez que crea un déficit estructural de la balanza de pagos, de forma que las importaciones crecen más rápidamente que las exportaciones. Deben establecerse mejores mecanismos orientados a una mejor remuneración de los países exportadores en desarrollo, entre otros: estabilización de los precios de las materias primas, garantías y avales de los pagos de exportación, establecimiento de ‘stocks’ reguladores, etc.…El prestigioso sociólogo británico Anthony Giddens, premio Príncipe de Asturias 2002 señala que “empresas transnacionales venden mercancías que son restringidas o prohibidas en los países industriales (medicinas de poca calidad, pesticidas destructivos o cigarrillos con alto contenido en nicotina y alquitrán). En lugar de una aldea global, alguien puede decir, esto parece un saqueo global8.- Supresión de paraísos fiscales. Estos emblemáticos territorios o Estados que tienen como efecto crear condiciones favorables a los inversores no residentes, con condiciones fiscales muy favorables y que tienen como efecto inflar la burbuja financiera o fragilizar las economías lícitas, blanquean anualmente miles de millones de dólares. La medida más inmediata sería anular el secreto bancario para poder luchar con eficacia contra la evasión fiscal, la sustracción fraudulenta de fondos públicos y la corrupción.Estas premisas mencionadas deben estar subordinadas a criterios medioambientales, sociales y culturales; jamás deben entrar en el campo del comercio internacional servicios públicos como la salud, la educación o el agua.

Producción: A medida que este estudio va avanzando, las medidas encaminadas a un reparto más justo de las riquezas entre países pobres y ricos puede que se repitan, y este es el caso del acceso de los productos de países del Tercer Mundo al Primero, que ya ha sido expuesta en la ‘actuación del comercio’ pero que no deja de ser el cierre del circulo del viciado comercio basado en capitales financieros y con la más que disponibilidad de los gobiernos neoliberales.Los sectores que generalmente más beneficios y empleo aportan a los países pobres son los que resultan más dañados por el proteccionismo de los países ricos. Los sociólogos y economistas9 más comprometidos con los países en desarrollo, opinan que los países industrializados deberían incrementar el acceso de los de países del Tercer Mundo a sus mercados y añaden que en la más estricta justicia, el comercio internacional tendría que estar basado en un fundamento de fuertes economías locales y ecosistemas protegidos que dinamizarían el mercado y evitarían que la mayoría de las transacciones, realizadas en operaciones de bolsa en Europa o EEUU, solo tuvieran como fin la producción desarrollista sin ningún criterio y rigor ecológico, y solamente conducidas por las necesidades que nos crean los ‘gurús’ del mercado del capital.Con las actuales reglas, auspiciadas por gobiernos ‘neocons’ se perpetuarán y reproducirán las estructuras conducentes a la pobreza, y la proliferación de las oligarquías del Sur. Los ‘lobbies económicos’ que sustentan las transnacionales sin el más mínimo criterio de gestión medioambiental y guiados por la avaricia más desnaturalizada deben desaparecer con leyes progresistas y con nuevas maneras de hacer política. Para llegar a esta fase es necesario:- Un progresivo cambio de prácticas de los países ricos respecto a los pobres de forma que estos tengan acceso a los mercados del Norte.- Inmediata protección nacional de las economías de los países pobres10.- Políticas internas de justicia distributiva implementadas con recursos y conocimientos de los propios campesinos encaminadas a que el sector agrícola del Tercer Mundo sea sujeto y beneficiario del comercio internacional que ellos generan. Cada vez más un inmenso sector de población de todas las ideologías comparte estas ideas y tendencias, en los foros internacionales se debaten abiertamente y es hora de reglamentar de un modo nuevo los mercados financieros, hacerlos menos opacos y tratar de eliminar la antigua praxis más pronto que tarde para hacer que las riquezas robadas impunemente al Tercer Mundo reviertan en la financiación de la lucha contra la pobreza.

Conclusiones: La lucha contra las empresas transnacionales y los mercados financieros de corte capitalista neoliberal ha tenido victorias importantes, pero la realidad es que la distribución de la riqueza mundial sigue siendo radicalmente desigual, cada día más y más personas se sumergen en la pobreza, a lo que acompaña un feroz endeudamiento que favorece a los bancos del Primer Mundo, lo que concluye con la destrucción de millones de personas en el planeta. Muchas medidas son necesarias para restablecer el equilibrio ideológico y económico, algunas de las cuales se han apuntado en apartados anteriores, pero quizás los más inmediato sea desenmascarar las mentiras de la gran banca mundial centrada en el FMI u OMC, entre estas que la globalización mejora la vida de los más desposeídos, que la renombrada ‘libertad’ beneficia a todo el mundo, y que las leyes del mercado legislan sobre el mejor reparto de los recursos financieros, materiales y humanos11.No podemos construir un movimiento social verdadero sobre una cultura de jóvenes anestesiados por el consumo y las marcas, afortunadamente hay grandes masas de jóvenes furiosos y desesperados ante las injusticias burguesas que muestran la mejor disponibilidad para las nuevas ideas. Su lucha ya ha comenzado y va ser una lucha pacífica, con violencia nunca atraeremos a los sectores más receptivos a nuestras legítimas aspiraciones, jóvenes profesionales, intelectuales, sindicatos, campesinos, inmigrantes, discapacitados, y minorías étnicas. En esta crisis y en todas las crisis fomentadas por los flujos financieros es mentira el derrotismo de la realidad, el mundo en su conjunto nunca ha sido tan rico además de tecnológicamente preparado, el verdadero problema está en que los países del Primer Mundo no tienen voluntad de arreglar el verdadero problema y hay que propiciar gobiernos que estén por la ‘labor’. Desde un punto de vista material es completamente viable situar un umbral necesario de bienestar al que todo el mundo tiene derecho, no por caridad sino por la más estricta justicia entre todos los seres humanos, he expresado en el párrafo anterior la suficiente riqueza del mundo actual y de los organismos competentes para llevar a cabo la distribución de bienes, de forma que se evite la corrupción y el despilfarro, lo que nos lleva a pensar que no hay excusas para no cambiar el mundo, partiendo de fuertes coaliciones que reúnan a gente comprometida sobre bases regionales, nacionales e internacionales, todos dispuestos a conseguir estos objetivos comunes.Estas convicciones no nos deben ‘sonar’ a luchas del siglo XIX, tenemos que doblar la tendencia natural del ser humano a no hacer cambios, a no hacer nada, en estas transformaciones está la esencia de la evolución y esta versatilidad es la más justa y más ética que podemos pensar. Para los que piensan que esta es una lucha honesta e inexcusable, va dirigido este artículo.
Notas bibliografícas.
1 Gociol, Judith, Naomi Klein y el fin de las marcas, Madrid, Campo de ideas, 2002, p.87.
2 Bauman, Zygmunt, Trabajo, consumismo y nuevos pobres, Barcelona, Gedisa,2000.
3 Mármol, Javier, “Alimentarse es un derecho fundamental”, Manos Unidas, boletín 175, 2009, p.15.
4 Ibid., pp 16-21.
5 El País Babelia, 02.01.10.
6 Betto,Frei, Globoconolización, en http://www.webeconomía.com/?q=reparto riquezas.
7 Quien por primera vez definió la categoría de deuda odiosa (1927), fue el profesor Alexander Nahum Sack, ex ministro del Zar de Rusia, y profesor de Derecho de la Universidad de París.
8 Giddens, Anthony, Un mundo desbocado-Los efectos de la globalización en nuestras vidas-, Madrid, Taurus, 1999, p. 28.
9 Khor, M. Globalización desde el Sur, Barcelona, Icaria, 2001, pp. 38-40. Shiva, V. Exportación a toda costa, o.c., p.5.
10 Diaz-Salazar, Rafael (ed.), Justicia Global- Las alternativas de los movimientos del Foro de Porto Alegre-, Barcelona, Encuentro Icaria editorial Intermon Oxfam, p. 70.
11 George, Susan, en http://www.attac.org/ y TNI (Instituto Transnacional

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