viernes, 11 de junio de 2010

LOS NUEVOS MITOS

Los mitos siempre han estado presentes en el hombre desde la antigüedad hasta nuestros días. Aparecen unos, se olvidan otros.

El hombre siente esta necesidad, no puede vivir sin tener esta referencia.
Alrededor de la vivienda, fundamental derecho del ser humano, se han creado los nuevos mitos.

Haciendo un poquito de historia reciente, observamos que de la casa de pueblo rural, se paso al patio de vecinos, posteriormente al piso en un bloque de hormigón, casa adosada…

Comienzan a crearse los mitos en torno al piso, que tiene que tener un salón más o menos grande, bien amueblado, recargado con cuadros y diversos abalorios que le den prestancia, distinción, dedicado a la recepción de visitas, cerrado habitualmente, no se usa. La mejor pieza de la casa inservible todo el año por si acaso llega alguien a vernos.

Para el “trote diario” de los moradores de la vivienda se crea “la salita” una habitación más pequeña, donde se vive apelotonado, con mesa camilla, sillas, mueble librería, televisión etc, etc, etc. Una existencia estrecha toda la vida, mientras el salón está ¡¡ ea ¡¡ “Esperando a Godó”.

La humanidad siempre evolucionando pensó que el piso era poco, había que llegar al chalet de los ricos, y si esto no podía ser, al menos acercarse lo mas posible, así nació la casa adosada que es “un quiero y no puedo”, un sucedáneo.

Esta conversación se podía escuchar fácilmente :

-Me voy a comprar una casa “endosada” porque ya estoy harto de piso, se está mas libre, así no tengo que aguantar al vecino de arriba.
Gran error, porque había que soportar al del lado derecho, izquierdo y al de detrás.
En lo que se acertaba plenamente, sin querer, es en llamarle “ un endosado” porque la vivienda era del Banco. Se había firmado una escritura hipotecaria que básicamente decía que si no se pagaba, la propiedad pasaba al Banco, se había firmado algo a favor de………, es decir un endoso.

Al adosado había que dotarlo, como estaba mandado, de algunos elementos imprescindibles, en primer lugar una buena barbacoa para las fiestas y reuniones, donde todo el mundo invitado, disfrutara muchísimo, solo que, en las convenciones, los dueños tenían que sufrir los rigores del fuego en pleno verano. A estos eventos acudía, como elemento básico, el cuñado con esposa e hijos, los vecinos de turno…, todos se ponían “morados” de comer. El color interno y externo del dueño era negro de servir platos de la barbacoa. La reflexión de los propietarios era simple, había que disfrutar y para eso se había hecho este artilugio.

Otra pieza importante era la chimenea que alimentaba “el fuego del hogar”, en esta tierra nuestra se usaba dos días al año en los que hacía un poquito mas frío de lo habitual. Este artificio ponía a prueba la paciencia del varón por el calvario de tareas a realizar antes de encender el fuego, ir por la leña a la huerta de…., apilarla en el sótano con cuidado en un lugar seco, barrer toda la broza. La siguiente fase subirla al sitio para encenderla.Cuando esto sucedía, en ocasiones, el humo sutil se extendía por toda estancia dándole un sabor a cueva del paleolítico. Había que estar presto para que las ascuas no se apagasen, ni el chisporreteo quemase el suelo de alrededor. Toda una odisea.

No se acaba aquí la cosa, el cuarto de baño había que dotarlo de un “yacusi” de no te menees, con múltiples chorros para un buen relax. Pero, eso si, como cosa cómoda para ducharse en verano la manguera del patio y en invierno en el cuartito de aseo, mas recoleto, muy asequible situado en la planta baja.

Otro de los sueños a realizar era construir una piscina en el trocito de terreno que tenía el adosado. Esto también era importante para pasar el verano sin tener que ir al mar. Te podías dar un chapuzón en cualquier momento sin tener que desplazarte, ni tragar la arena de la playa. ¡¡ Que delicia llegar del trabajo y encontrarse la piscina y el césped llena de amigos propios y de los hijos tomando el sol, algunas cervecitas y refrescos, esperando la llegada del trabajo del “rey de la casa”¡¡.

El tiempo se puede encargar de sustituir estos mitos por otros, si somos observadores ya los iremos viendo, de hecho, algunos se están ya desarrollando aunque el momento de crisis que vivimos no es el más idóneo para que afloren.
Algeciras, 10.06.10
Andrés Baquero

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